Si buscas un destino en el norte de España donde los peques disfruten de verdad, Santander es una apuesta segura. La ciudad combina playas urbanas, rutas verdes y planes culturales sin postureo, perfectos para familias que quieren exprimir cada minuto. Aquí no hay trampa: te cuento las mejores ideas para saber qué hacer en Santander con niños, mezclando naturaleza, museos y rincones que sorprenden incluso a los adultos. Todo probado en primera persona, para que solo te preocupes de elegir qué plan te apetece hoy.
Playas de Santander para ir con niños: las mejores opciones
La playa del Sardinero es la reina para familias. El arenal es enorme, el ambiente relajado y hay espacio de sobra para montar castillos o jugar al fútbol sin molestar a nadie. Además, tienes duchas, baños y chiringuitos cerca, lo que te salva la vida si viajas con niños pequeños. Para los días en los que el viento sopla fuerte, la playa de la Magdalena es más resguardada y suele haber menos oleaje, ideal para chapuzones tranquilos y juegos de orilla.
Otro rincón poco conocido es la playa de Los Peligros (tranquilo, el nombre engaña). Es pequeña, con aguas muy calmadas y un parque infantil justo al lado. Perfecta para una mañana de relax con vistas a la bahía y la Península de la Magdalena al fondo.
Visitar la Península de la Magdalena: un imprescindible en familia
La Península de la Magdalena es uno de esos sitios que parece diseñado para ir con niños. Puedes pasear entre pinos, descubrir el Palacio de la Magdalena (que parece sacado de un cuento) y, sobre todo, disfrutar del mini-zoo gratuito con focas, pingüinos y leones marinos. El tren turístico “Magdaleno” recorre toda la península y es un puntazo para los peques, que se lo pasan pipa saludando a los animales y subiendo hasta el palacio sin cansarse.
Si tienes tiempo, baja hasta las playas de La Magdalena y Bikinis, dos calas pequeñas y resguardadas donde los niños pueden jugar a sus anchas. Lleva algo de picnic y busca una sombra bajo los árboles: es uno de los mejores sitios para comer al aire libre en Santander.
Planes de naturaleza: parques y rutas fáciles para niños
El Parque de Mataleñas es una joya para familias. Tiene columpios, zonas de césped para correr y unas vistas espectaculares al mar. Desde aquí puedes hacer una ruta sencilla hasta el faro de Cabo Mayor, un paseo de unos 2 km (solo ida) por acantilados y praderas, muy fácil incluso con niños pequeños. El faro es un clásico para hacer fotos y, si tienes suerte, puedes ver surfistas en la playa de Mataleñas desde lo alto.
Si buscas algo más urbano, el Parque de las Llamas es el pulmón verde de la ciudad. Hay lagunas con patos, senderos planos para bicis y patinetes, y hasta un circuito de skate. Es el sitio ideal para soltar a los niños y dejar que exploren a su aire.
Museos y actividades culturales para niños en Santander
El Centro Botín sorprende por fuera y por dentro. Aunque a los niños lo que más les llama es el exterior: la pasarela sobre el mar y el parque de Pereda, lleno de esculturas y zonas verdes. Dentro, los talleres familiares son un planazo si pillas alguno en fin de semana. Consulta la agenda porque suelen organizar actividades creativas para todas las edades.
El Museo Marítimo del Cantábrico es otro acierto seguro. Tienen acuarios con tiburones, esqueletos de ballenas y una zona interactiva donde los niños pueden tocar objetos marinos. Además, está justo al lado de la playa de los Peligros, así que puedes combinar cultura y chapuzón en la misma mañana.
Si llueve (algo habitual en Santander), el Planetario de la Universidad de Cantabria es pequeño pero muy resultón. Las sesiones para familias son cortas, amenas y adaptadas para que los peques no se aburran.
Excursiones cerca de Santander para familias aventureras
Si tienes coche y quieres salir de la ciudad, te recomiendo dos escapadas top. La primera: Cabárceno, un parque de naturaleza a solo 20 minutos, donde los animales viven en semi-libertad. Hay teleférico (los niños alucinan), zonas de picnic y espectáculos de aves rapaces. Si vas en verano, madruga para evitar colas y lleva agua y gorra.
La segunda: Santillana del Mar y las Cuevas de Altamira. El pueblo parece de película y la visita a la réplica de las cuevas es muy didáctica para niños a partir de 6-7 años. Es fácil pasar el día entero entre calles empedradas, helados y museos con talleres para peques.
Consejos prácticos para moverse por Santander con niños
El transporte urbano funciona bien y los autobuses llegan a casi todos los puntos clave. Si vas con carrito, ojo con las cuestas del centro histórico: mejor moverse por la zona de playas o el paseo marítimo, que es llano y cómodo. Muchos restaurantes tienen menú infantil y en verano hay heladerías artesanas por todas partes (la de Regma es mítica, prepárate para colas).
Para alojarse con niños, busca hoteles o apartamentos cerca del Sardinero o la Magdalena: tendrás la playa a mano y parques a menos de cinco minutos. Y no te olvides el chubasquero, incluso en julio. Santander tiene ese punto imprevisible que hace que cada día sea una aventura diferente.
Preguntas frecuentes sobre qué hacer en Santander con niños
¿Cuál es la mejor época para visitar Santander en familia?
La primavera y el verano son ideales porque puedes disfrutar de la playa y los parques al máximo. Eso sí, incluso en agosto puede refrescar o llover, así que lleva siempre algo de abrigo y ropa impermeable.
¿Qué planes gratuitos hay en Santander para niños?
Pasear por la Península de la Magdalena, jugar en el Parque de las Llamas, recorrer el paseo marítimo y visitar el mini-zoo de la Magdalena son opciones gratis y muy recomendables.
¿Dónde comer con niños en Santander?
Muchos bares y restaurantes del centro y el Sardinero tienen opciones para niños. El Mercado del Este y la zona de Puertochico ofrecen menús variados y ambiente relajado. No te vayas sin probar una rabas (calamares fritos) y una tarta de queso cántabra.
¿Se puede hacer Santander en un fin de semana con niños?
Sí, en dos días puedes combinar playa, Península de la Magdalena, algún museo y un paseo por el centro. Si tienes más tiempo, añade una excursión a Cabárceno o Santillana del Mar.
En resumen: Santander con niños es sinónimo de planes al aire libre, cultura a su medida y mucha libertad para explorar. Ven con ganas de moverte y déjate sorprender por una ciudad que nunca se agota.