Si te apetece una escapada diferente, de esas que mezclan historia, paisajes de postal y buena comida, una ruta por los pueblos medievales de Cataluña es de las mejores opciones que puedes marcar en el calendario. Aquí no hay trampa ni cartón: calles empedradas, plazas con encanto, castillos que parecen sacados de una peli y rincones donde perderse sin prisas. Da igual si viajas solo, en pareja o con amigos, porque estos pueblos tienen ese aire auténtico que engancha y te hace desconectar de verdad. Y lo mejor: están bastante cerca unos de otros, así que puedes montarte un itinerario a tu ritmo, sin maratones ni palizas de coche.
Los imprescindibles: pueblos medievales que no te puedes perder
Para aprovechar bien la ruta por los pueblos medievales de Cataluña, lo ideal es centrarse en la provincia de Girona, donde se concentran algunos de los mejores conservados. Aquí van mis favoritos, los que realmente merecen la pena:
BESALÚ: el puente más fotogénico de Cataluña
Besalú es la joya de la Garrotxa y, sinceramente, imposible no empezar por aquí. Su puente románico sobre el río Fluvià es la imagen más famosa, pero lo bueno está en callejear: judería, baños medievales, iglesias y un ambiente de pueblo auténtico, nada de decorado. Madruga un poco para evitar grupos y desayuna en alguna terraza de la plaza Mayor. Si tienes tiempo, acércate al monasterio de Sant Pere.
PERATALLADA: piedra, flores y calma
Peratallada es de esos sitios que parecen detenidos en el tiempo. Calles estrechas, muros cubiertos de buganvillas, arcos de piedra y una plaza central que invita a sentarse y mirar la vida pasar. No te pierdas el castillo (aunque solo se puede ver por fuera) y pasea sin rumbo, que aquí lo bonito es perderse. Si vas en temporada baja, lo disfrutarás aún más.
PALS: el mirador de l’Empordà
Muy cerca de Peratallada, Pals es otro clásico. Subir a la torre de las Horas merece la pena por las vistas al Empordà y al mar de fondo. El casco antiguo está impecablemente conservado y tiene ese toque de pueblo vivo, con tiendas de artesanía y restaurantes de cocina local. Prueba el arroz de Pals, que aquí lo bordan.
SANTA PAU: la puerta a los volcanes
En pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, Santa Pau es pequeño pero con mucho encanto. Su plaza porticada es de las más bonitas de Cataluña y, si te animas, puedes combinar la visita con una ruta por los volcanes cercanos, como el Croscat o el Santa Margarida. Ideal si quieres mezclar historia y naturaleza en el mismo día.
Cómo organizar tu ruta por los pueblos medievales de Cataluña
Para exprimir la experiencia, lo mejor es dedicarle al menos un fin de semana largo. Si tienes tres días, puedes recorrer Besalú, Santa Pau, Peratallada y Pals sin prisas. El coche es imprescindible para moverse con libertad, aunque hay conexiones de bus entre algunos pueblos, pero no son nada prácticas para ir a tu aire.
Mi consejo: busca alojamiento en algún punto intermedio, como en la zona de la Garrotxa o el Baix Empordà. Así evitas hacer kilómetros de más y puedes improvisar según lo que te apetezca cada día. Hay opciones para todos los bolsillos, desde casas rurales con encanto hasta hoteles boutique. Si quieres dormir en un sitio especial, prueba alguna masía tradicional.
Consejos prácticos para tu viaje medieval
- Evita los fines de semana de verano: los pueblos más conocidos se llenan de turistas y pierde parte de la magia. Primavera y otoño son las mejores épocas.
- Lleva calzado cómodo: las calles son empedradas y hay cuestas. Olvídate de las sandalias planas o los tacones.
- Reserva para comer: en temporada alta, los restaurantes buenos se llenan. Si tienes fichado algún sitio, llama antes.
- No te obsesiones con el coche: aparca a la entrada del pueblo y recorre el casco antiguo a pie. Es como mejor se disfruta.
- Haz alguna parada improvisada: en la carretera verás pueblos menos turísticos como Monells, Madremanya o Castellfollit de la Roca. Si tienes tiempo, merece la pena desviarse.
Preguntas frecuentes sobre la ruta por pueblos medievales de Cataluña
¿Cuántos días necesito para hacer la ruta?
Con dos o tres días puedes ver lo esencial sin ir a la carrera. Si quieres añadir pueblos menos conocidos o combinar con rutas de senderismo, calcula cuatro o cinco días.
¿Es una ruta apta para ir con niños?
Sí, perfectamente. Los cascos antiguos son peatonales y hay parques, rutas fáciles y muchas opciones de actividades al aire libre. Eso sí, lleva carrito todoterreno si viajas con peques, porque el empedrado no perdona.
¿Dónde comer bien durante la ruta?
En Besalú, prueba el Fonda Siqués para cocina tradicional. En Peratallada, El Borinot es un clásico para tapear. En Pals, el Restaurante Vicus es apuesta segura si te va el arroz. Y en Santa Pau, no te vayas sin probar las famosas fesols (alubias) en alguna fonda local.
¿Se puede hacer la ruta en transporte público?
No es lo ideal. Hay buses entre Girona y algunos pueblos, pero las combinaciones son escasas y los horarios, poco flexibles. Si no tienes coche, lo mejor es alquilar uno en Girona ciudad.
Mapa y recomendaciones finales
Antes de salir, échale un vistazo a Google Maps y márcate las paradas principales. Si te gusta la fotografía, lleva la cámara porque cada rincón es un cuadro. Y sobre todo, ve sin prisas: lo bonito de estos pueblos medievales es pasear, descubrir detalles y dejarte llevar por lo que surja. Cataluña tiene mucho más que playas y ciudades grandes; sus pueblos medievales son pura esencia y merece la pena descubrirlos con calma. Si te animas, seguro que repites.