Viajar solo puede parecer un salto al vacío, pero en realidad es una de las mejores formas de conocerse a uno mismo… y de conocer a gente auténtica que jamás hubieras cruzado de otra manera. Si estás pensando en lanzarte a una escapada en solitario y te preguntas cómo hacer amigos viajando solo, aquí tienes mi experiencia y los trucos que de verdad funcionan para conectar con otros viajeros y locales, sin postureos ni situaciones forzadas. Porque hacer amigos en ruta es mucho más fácil (y divertido) de lo que imaginas.
Elige alojamientos donde sea fácil socializar
Olvídate de hoteles impersonales si tu objetivo es conocer gente. Los hostels, sobre todo los que tienen zonas comunes y organizan actividades, son terreno abonado para hacer amigos viajando solo. Da igual la edad: hay hostales tranquilos y con buen ambiente para todos los gustos. Los albergues rurales, los bed & breakfast familiares y los couchsurfings también son opciones top si buscas trato cercano.
Una buena jugada es mirar en las reseñas de Booking o Hostelworld si la gente menciona ambiente social. Otra señal: si organizan cenas, free tours o actividades conjuntas. En mi última escapada a Oporto, por ejemplo, el hostel tenía catas de vino y noches de juegos, y fue imposible no acabar con un grupo de colegas internacionales para recorrer la ciudad.
Apúntate a tours y actividades grupales
Las experiencias compartidas unen más que mil conversaciones de ascensor. Reservar un free tour, una clase de cocina local, rutas de senderismo guiadas o excursiones en grupo es una de las formas más naturales de romper el hielo viajando solo. Además, todo el mundo está en modo “descubrir” y con ganas de charlar.
Busca actividades en plataformas como Civitatis, GetYourGuide o Meetup, y si te atreves, pregunta en la oficina de turismo local por planes alternativos. En destinos como Granada, Budapest o Lisboa, los free tours acaban muchas veces en bares con el grupo, y es el mejor pretexto para seguir la fiesta y hacer piña.
Utiliza apps y redes sociales para viajeros solitarios
Si eres de los que no tiene problema en tirar de móvil, hay apps que son una mina para conectar con otros viajeros. Couchsurfing tiene una función llamada “Hangouts” para quedar con gente que está cerca. En Facebook y WhatsApp hay grupos de viajeros por destino (“Españoles en Berlín”, “Viajeros solos en México”, etc.) donde siempre hay alguien proponiendo planes.
También puedes probar Bumble BFF o Meetup para quedadas temáticas. Y si te va el rollo mochilero, en las apps de voluntariado como Workaway o Worldpackers se conoce a gente con historias alucinantes. Eso sí, sentido común ante todo: queda siempre en sitios públicos y no des datos personales a la primera.
Aprende a romper el hielo (sin forzar la máquina)
La clave para hacer amigos viajando solo es perderle el miedo al primer “hola”. No hace falta ser el alma de la fiesta: basta con una sonrisa y una pregunta sencilla sobre el viaje, el lugar o la actividad que estáis compartiendo. “¿De dónde eres?”, “¿Has probado ya tal sitio?”, “¿Te apetece tomar algo después?”… funcionan de maravilla.
Un truco: lleva siempre un libro, una baraja de cartas o algo que invite a la conversación. En los hostels, compartir comida o preguntar por recomendaciones suele abrir puertas. Y si te ofrecen unirte a un plan improvisado, di que sí. Muchas de las mejores amistades viajeras surgen de planes que no estaban en la agenda.
¿Es seguro hacer amigos viajando solo?
Una de las preguntas más repetidas: ¿es seguro abrirse a desconocidos en otro país? La respuesta es sí, pero con cabeza. La mayoría de la gente que viaja sola está en la misma onda y busca buen rollo, pero conviene seguir ciertas precauciones: queda en lugares públicos, no confíes en quien te agobie o te presione, y escucha tu intuición. Si algo no te cuadra, cambia de plan.
En destinos muy turísticos como Praga, Marrakech o Bangkok, hay timos clásicos (falsos guías, invitaciones a bares caros) así que pregunta siempre en tu alojamiento si tienes dudas. Y si viajas solo por España, la red de seguridad es aún mayor: la comunidad viajera suele ser muy solidaria y está acostumbrada a echar un cable.
Consejos para mantener el contacto después del viaje
Hacer amigos viajando es fácil, pero mantenerlos depende de ti. Intercambia redes sociales, hazte una foto juntos y mándala por WhatsApp, y si surge, propón volver a coincidir en otra ciudad. Muchos colegas que conocí en viajes acabaron visitando Madrid o recibiéndome en su país. La clave es no dejarlo en promesas vacías: un mensaje de vez en cuando o compartir una recomendación de viaje mantiene viva la conexión.
Preguntas frecuentes sobre cómo hacer amigos viajando solo
¿Es fácil hacer amigos viajando solo por primera vez?
Sí, más de lo que parece. Todo el mundo está más abierto a conocer gente en ruta, especialmente en hostels y actividades grupales. El primer paso cuesta, pero luego la dinámica sale sola.
¿Qué hago si soy tímido o me da vergüenza?
Empieza con pequeños gestos: comparte mesa en el desayuno, pregunta por una dirección o únete a un tour. Muchas amistades viajeras surgen de la casualidad y no hace falta forzar nada. Recuerda: todos hemos sido “el nuevo” alguna vez.
¿Hay destinos mejores para hacer amigos viajando solo?
Sí. Ciudades como Barcelona, Lisboa, Dublín, Berlín o Chiang Mai tienen mucha cultura de hostel y actividades para viajeros solos. En pueblos pequeños la gente local suele ser más cercana, aunque puede costar un poco más al principio.
¿Se puede hacer amigos viajando solo si no hablo inglés?
¡Por supuesto! El lenguaje universal del viaje es la sonrisa y las ganas de compartir. Además, en muchos hostels y tours hay españoles o gente que chapurrea varios idiomas. Y si te lanzas a aprender frases básicas, la experiencia es aún más enriquecedora.
Mi truco personal para conocer gente viajando solo
Siempre llevo una libreta pequeña donde apunto anécdotas, recomendaciones y hasta recetas que me cuentan otros viajeros. Es la excusa perfecta para iniciar una conversación y, de paso, llevarme recuerdos únicos. Además, si surge un plan improvisado, apunto el contacto y la ciudad. Así, cada viaje se convierte en una red de amistades reales y momentos que no se olvidan.
Viajar solo, en el fondo, es una invitación a abrirse al mundo y dejarse sorprender. Si te lanzas, descubrirás que los mejores amigos de viaje suelen aparecer cuando menos lo esperas… y que la soledad, bien llevada, es la mejor compañera de aventuras. ¡Nos vemos en la próxima escapada!