Salir de aventura varios días con la mochila al hombro no es solo cuestión de meter cuatro cosas y tirar millas. Si quieres disfrutar de la naturaleza y no acabar odiando cada gramo de peso, hay que saber qué llevar, cómo organizarlo y qué errores evitar. Te cuento mi método, aprendido a base de rutas por Picos de Europa, Pirineos y algún que otro tropezón por el camino. Prepárate para descubrir cómo preparar tu mochila para una escapada al aire libre de varios días, sin dramas y con todo lo necesario para disfrutar de verdad.
Elige bien la mochila: tamaño, ajuste y trucos para acertar
La mochila es tu casa durante la ruta, así que no escatimes. Para travesías de entre 2 y 5 días, lo ideal es una mochila de 40 a 60 litros. Si vas a dormir en refugio, con 40L puedes apañarte, pero si llevas tienda y saco, mejor una de 50-60L. Prueba siempre la mochila cargada antes de salir: ajusta el cinturón lumbar (que el peso caiga en las caderas, no en los hombros), regula los tirantes y el pecho. Busca modelos con espalda ventilada si vas a caminar por zonas calurosas.
Qué meter en la mochila para una ruta de varios días
Aquí viene el dilema: llevar lo imprescindible, pero sin ir cargado como una mula. Mi regla de oro: “menos es más”. Haz lista y piensa en capas, no en conjuntos. Esto es lo que siempre meto yo:
- Ropa técnica: dos camisetas transpirables, un forro polar ligero, una chaqueta impermeable, un pantalón largo y uno corto, ropa interior y calcetines de recambio (2-3 pares), gorro y guantes finos si refresca.
- Saco de dormir: Elige en función de la temperatura nocturna. Si duermes en refugio, uno ligero vale. Para vivac o tienda, que aguante el frío.
- Esterilla o aislante: Si vas a dormir fuera, fundamental.
- Tienda de campaña o tarp: Solo si no hay refugios. Busca modelos ligeros y compactos.
- Botella o bolsa de hidratación: Al menos 1,5-2 litros de capacidad. Añade pastillas potabilizadoras si no hay fuentes fiables.
- Comida: Lleva lo justo y que pese poco: barritas, frutos secos, sobres deshidratados, algo de embutido y pan, chocolate… y una cuchara.
- Frontal o linterna: Con pilas de repuesto.
- Botiquín básico: Tiritas, vendas, desinfectante, analgésicos, crema solar, repelente de insectos y tus medicinas si tomas algo.
- Navaja multiusos y mechero: Nunca sobran.
- Mapa, brújula y/o GPS: Aunque lleves el móvil, no te fíes solo de la batería.
- Toalla de microfibra y neceser mínimo: Cepillo de dientes, mini pasta, jabón multiusos y papel higiénico o toallitas (llevando siempre la basura contigo).
- Documentación y dinero: DNI, tarjeta sanitaria, algo de efectivo y seguro de montaña si sales fuera de España.
Cómo organizar la mochila para que no sea un caos
El truco está en repartir el peso y tener lo importante a mano. Lo pesado (comida, agua, saco) cerca de la espalda y en la parte central. Lo que menos vas a usar (ropa de dormir, esterilla) en el fondo. Lo que necesitas rápido (chubasquero, frontal, botiquín) arriba o en los bolsillos laterales. Usa bolsas de compresión o bolsas estancas para ropa y saco, así aprovechas el espacio y evitas que se mojen si llueve.
Consejos para aligerar peso sin dejarte nada vital
Aquí es donde de verdad se nota la experiencia. No lleves “por si acaso” de más. Olvida vaqueros, toallas grandes, libros gordos o zapatos extra. Si algo pesa, que sea porque lo vas a usar sí o sí. Un truco: antes de salir, mete todo en la mochila y camina una hora por tu barrio. Si te sobra algo, lo notarás rápido.
¿Qué comida es mejor para una travesía de varios días?
Lo ideal es comida ligera, energética y fácil de preparar. Para desayunar, copos de avena con frutos secos. Para comer, pan, embutido, latas pequeñas, queso curado. Para cenar, sobres de sopa, arroz o pasta precocinada. Añade barritas y chocolate para los descansos. Lleva siempre algo de más, pero no te pases: calcula raciones para cada día y algún extra por si acaso.
¿Cómo gestionar el agua durante la ruta?
Averigua antes de salir dónde hay fuentes o arroyos fiables. Lleva siempre suficiente para llegar al siguiente punto de agua. Las pastillas potabilizadoras o filtros portátiles son un salvavidas si dudas de la calidad. En zonas secas, madruga y dosifica. Y nunca te la juegues: si tienes que cargar con más peso, mejor que quedarte seco en mitad del monte.
Errores comunes al preparar la mochila (y cómo evitarlos)
Uno de los fallos típicos es llevar ropa de más o material que no vas a usar. Otro, meter cosas sueltas sin organizar: luego no encuentras nada cuando lo necesitas. No revises la previsión del tiempo solo por encima: si va a llover, mete una funda impermeable para la mochila. Y no te fíes de la ruta: lleva siempre mapa y batería externa para el móvil.
Preguntas frecuentes sobre preparar la mochila para una aventura al aire libre
- ¿Cuánto debe pesar la mochila? Lo ideal es que no supere el 15-20% de tu peso corporal. Si puedes, menos. Cuanto más ligera, más disfrutarás.
- ¿Hace falta llevar hornillo? Solo si vas a cocinar caliente fuera de refugios. Si no, puedes apañarte con comida fría y termos.
- ¿Qué hago con la basura? Llévala siempre contigo. Bolsas zip o de basura pequeñas son mano de santo.
- ¿Cómo evito que se me moje todo si llueve? Usa funda impermeable para la mochila y bolsas estancas para lo importante.
- ¿Es mejor mochila grande o pequeña? Mejor justa y bien organizada. Una muy grande te invita a llenarla de cosas innecesarias.
Mi checklist definitiva antes de salir
Antes de cerrar la mochila, repasa: ¿llevo lo imprescindible para dormir, comer, hidratarme y orientarme? ¿Está todo protegido de la lluvia? ¿Puedo cargar con el peso varias horas seguidas? Si la respuesta es sí, sal ahí fuera y disfruta. Porque cuando preparas bien tu mochila, el camino se convierte en aventura y no en penitencia. Y créeme, la diferencia se nota desde el primer paso.