Escapada a Reikiavik y alrededores geotermales

Si te apetece una escapada diferente, de esas que te dejan con la boca abierta y el móvil lleno de fotos que sí merece la pena enseñar, Reikiavik y sus alrededores geotermales son tu sitio. Aquí no hay postureo, hay paisajes que parecen de otro planeta, baños en aguas calientes mientras fuera caen copos de nieve y rutas en coche que te hacen parar cada dos kilómetros para decir “¡mira eso!”. Si buscas un viaje fácil de organizar, con mucha naturaleza, cultura vikinga y experiencias que se graban en la memoria, apunta bien todo lo que te cuento porque Islandia engancha.

Cómo llegar a Reikiavik y moverte por Islandia sin complicaciones

Para empezar, llegar a Reikiavik es sencillo desde España. Hay vuelos directos desde Madrid y Barcelona, y si no, con una escala llegas en menos de seis horas. El aeropuerto internacional de Keflavík está a unos 45 minutos del centro de Reikiavik, y lo mejor es alquilar un coche allí mismo. El transporte público existe, pero para moverte por los sitios más espectaculares y a tu ritmo, el coche es el rey. Reserva con antelación, sobre todo si vas en temporada alta (de junio a septiembre), y ojo con el seguro: mejor que incluya protección para grava, porque en Islandia las carreteras secundarias son de otro nivel.

Qué ver en Reikiavik: cultura, gastronomía y rincones con encanto

Reikiavik es pequeña pero tiene rollo. No te pierdas la iglesia Hallgrímskirkja, ese edificio futurista desde donde tienes las mejores vistas de la ciudad. Pasea por Laugavegur, la calle principal llena de tiendas, cafeterías y arte urbano. Si te va la historia, el Museo Nacional de Islandia merece la pena para entender el pasado vikingo. Y si quieres algo más alternativo, acércate al puerto viejo: hay bares con música en directo, food trucks y el famoso Sun Voyager, una escultura que parece un barco vikingo mirando al Atlántico.

Para comer, prueba el plokkfiskur (guiso de pescado), el hot dog islandés en Bæjarins Beztu Pylsur (dicen que es el mejor del mundo) y, si eres valiente, el tiburón fermentado. Eso sí, prepara la cartera porque Islandia no es barata, pero hay supermercados como Bónus donde puedes pillar algo para un picnic improvisado.

Ruta por los alrededores geotermales: el Círculo Dorado y más allá

La escapada no estaría completa sin salir de Reikiavik a explorar los alrededores geotermales. La ruta más famosa es el Círculo Dorado (Golden Circle), ideal para un día de excursión. Aquí van las paradas imprescindibles:

  • Þingvellir: Parque nacional Patrimonio de la Humanidad, donde puedes ver la grieta entre las placas tectónicas de América y Eurasia. Si te atreves, puedes incluso hacer snorkel en aguas cristalinas.
  • Geysir y Strokkur: Aquí el agua brota del suelo como si estuvieras en Marte. Strokkur entra en erupción cada 5-10 minutos y es un espectáculo asegurado.
  • Gullfoss: Una de las cascadas más impresionantes de Islandia. El rugido del agua y el arcoíris que suele aparecer te dejan sin palabras.

Si tienes más tiempo, alarga la ruta hacia Kerið, un cráter volcánico con un lago azul en el fondo, o báñate en la Secret Lagoon de Flúðir, mucho menos masificada que la famosa Blue Lagoon y con ese punto auténtico que mola.

Las mejores aguas termales cerca de Reikiavik: dónde relajarse como un islandés

El tema de las aguas termales es sagrado en Islandia. La Blue Lagoon es la más famosa y, sí, es cara y turística, pero el baño en ese agua azul lechosa entre campos de lava es único. Reserva con antelación porque las plazas vuelan. Si prefieres algo más tranquilo y local, apunta estas opciones:

  • Sky Lagoon: Muy cerca de Reikiavik, con vistas al mar y un circuito de sauna y baños de vapor que te deja nuevo.
  • Laugarvatn Fontana: En plena ruta del Círculo Dorado, con piscinas al aire libre y baños de vapor naturales sobre el lago.
  • Reykjadalur: Un río termal al aire libre tras una ruta de senderismo de unos 3 km. Es gratis y la experiencia de bañarte en plena naturaleza no tiene precio.

Recuerda llevar bañador, toalla y una bolsa estanca para la ropa. Y si te animas, prueba a entrar en la sauna y luego darte un chapuzón en agua fría: sales como nuevo.

Consejos prácticos para organizar tu escapada a Islandia sin sorpresas

Islandia es segura y fácil para viajar por libre, pero hay detalles que marcan la diferencia. Aquí van mis recomendaciones de amigo:

  • Clima impredecible: Lleva ropa impermeable y por capas. El tiempo puede cambiar de sol a tormenta en media hora.
  • Dinero: Se paga todo con tarjeta, incluso en los baños públicos. No hace falta cambiar coronas islandesas.
  • Conducir: Respeta los límites y estate atento a las ovejas. Consulta siempre el estado de las carreteras en road.is antes de salir.
  • Fotografía: No te obsesiones con el móvil. Disfruta el momento, pero lleva batería externa porque el frío la funde.
  • Alojamiento: Reserva con antelación, sobre todo si quieres dormir en guesthouses familiares o cabañas con encanto.

Preguntas frecuentes sobre una escapada a Reikiavik y zonas geotermales

  • ¿Cuántos días hacen falta? Para ver Reikiavik y el Círculo Dorado, con dos o tres días vas bien. Si quieres explorar más termas y paisajes, cuatro o cinco días son ideales.
  • ¿Es caro viajar a Islandia? Sí, pero se puede ajustar el presupuesto durmiendo en albergues, cocinando y eligiendo termas menos conocidas.
  • ¿Se puede ir en invierno? Por supuesto. De octubre a marzo hay auroras boreales y menos turistas, pero los días son más cortos y hay que conducir con precaución.
  • ¿Hace falta reservar las aguas termales? Para la Blue Lagoon y Sky Lagoon sí, para otras como Reykjadalur no.
  • ¿Es necesario alquilar un 4×4? Para el Círculo Dorado y alrededores, un turismo normal basta. Solo hace falta 4×4 si vas a las Highlands o en pleno invierno con nieve.

Mi ruta recomendada para una escapada inolvidable

Si tuviera que organizar la escapada perfecta, haría esto: día 1, llegada y tarde en Reikiavik; día 2, Círculo Dorado completo con parada en Laugarvatn Fontana; día 3, ruta de senderismo y baño en Reykjadalur y tarde en Sky Lagoon; día 4, explorar la península de Reykjanes y despedida en la Blue Lagoon antes de volver al aeropuerto. Así te llevas una buena dosis de paisajes, cultura y relax. Y recuerda: en Islandia, lo importante no es correr, sino parar en cada rincón que te pida el cuerpo. Eso es viajar con alma.

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