Qué ver en Pekín en 5 días

Pekín es una de esas ciudades que te sacuden por dentro y te dejan con ganas de más, aunque vayas con el tiempo justo. Si tienes cinco días para recorrer la capital china, prepárate para un viaje intenso entre palacios imperiales, callejones con historia, templos que huelen a incienso y mercados donde el regateo es casi un arte. Aquí te cuento mi ruta real, sin rodeos ni postureos, para que exprimas cada jornada y te lleves lo mejor de Pekín en cinco días.

Primer día: Ciudad Prohibida y alrededores imprescindibles

Arranca fuerte. La Ciudad Prohibida es el corazón de Pekín y, sinceramente, impresiona hasta al viajero más curtido. Llega temprano (abre a las 8:30), compra la entrada con antelación y dedica al menos tres horas a recorrer sus patios, salones y jardines. No te pierdas el Salón de la Suprema Armonía ni el Jardín Imperial, y si puedes, sube a la Colina del Carbón (Jingshan Park) justo enfrente para una panorámica brutal.

Después, date un paseo por la Plaza de Tiananmen, que está a tiro de piedra. Es el centro neurálgico de China y el ambiente es único, sobre todo al atardecer. Si tienes tiempo y te va la historia, entra al Museo Nacional de China (gratis con pasaporte).

Termina el día en Wangfujing, la calle comercial más famosa, donde puedes probar desde brochetas de cordero hasta grillos fritos (yo pasé, pero tú decides). Ideal para pillar el pulso a la ciudad.

Segundo día: Templos, hutongs y el Pekín más auténtico

Empieza por el Templo del Cielo, uno de los lugares más fotogénicos y tranquilos de Pekín. Madruga para ver a los locales haciendo tai chi en el parque y pasea por los pabellones circulares. La acústica de la “Muro del Eco” es curiosa, pruébala.

Después, toca perderse por los hutongs, esos callejones tradicionales que aún conservan el alma de la ciudad. El hutong de Nanluoguxiang es turístico pero merece la pena, aunque si buscas algo más genuino, explora los de la zona de Shichahai, donde la vida cotidiana sigue su curso entre bicicletas y puestos de baozi.

No te vayas sin visitar la Torre del Tambor y la Torre de la Campana. Sube a una de ellas para ver el entramado de tejados grises y, si te animas, alquila una bici para recorrer los hutongs como un pekinés más.

Tercer día: Gran Muralla China, tramo de Mutianyu

No hay viaje a Pekín sin escapada a la Gran Muralla. Yo recomiendo el tramo de Mutianyu: menos masificado que Badaling, bien conservado y con unas vistas que te dejan sin palabras. Lo mejor es ir en excursión organizada o en taxi privado si sois varios; el transporte público es posible, pero te come medio día.

Lleva calzado cómodo porque hay cuestas y escaleras para aburrir. Sube en telesilla y, si te atreves, baja en tobogán (sí, hay uno y mola). Calcula medio día entre ir, venir y recorrer la muralla a tu ritmo. De vuelta en Pekín, aprovecha para cenar pato laqueado en un restaurante local, como Da Dong o Quanjude.

Cuarto día: Palacio de Verano y arte contemporáneo

Dedica la mañana al Palacio de Verano, un oasis de jardines, lagos y pabellones a las afueras de la ciudad. El paseo por el Lago Kunming y el Corredor Largo es de lo mejor para desconectar del bullicio. Si te gusta remar, alquila una barquita y disfruta de las vistas desde el agua.

Por la tarde, cambia de tercio y acércate al 798 Art District, el barrio artístico de Pekín. Es una antigua zona industrial reconvertida en galerías, cafeterías y tiendas de diseño. Ideal para ver el Pekín más moderno y alternativo, y para comprar algún recuerdo diferente.

Quinto día: Templo Lama, Mercado de la Seda y despedida

El último día toca empaparse de espiritualidad en el Templo Lama (Yonghe Gong), el templo budista tibetano más importante de Pekín. El olor a incienso y las estatuas doradas impresionan, y el ambiente invita a la calma pese a los turistas.

Después, date una vuelta por el Mercado de la Seda (Silk Market) o el Mercado de la Perla si buscas compras de última hora. Aquí el regateo es obligatorio y parte del juego. Si prefieres algo más local, el mercado de Panjiayuan es ideal para antigüedades y curiosidades.

Aprovecha las últimas horas para pasear por el parque Beihai o tomarte un té en alguna casa tradicional antes de poner rumbo al aeropuerto. Pekín es una ciudad que engancha, así que seguro que te quedas con ganas de volver.

Consejos prácticos para moverse por Pekín en cinco días

Moverse por Pekín puede parecer un reto, pero el metro es rápido, limpio y barato. Compra una tarjeta de transporte (Yikatong) y olvídate de líos. Para trayectos cortos, los taxis son asequibles, pero lleva la dirección escrita en chino porque el inglés no es lo suyo.

Ojo con la contaminación: consulta la app AirVisual y lleva mascarilla si el aire está regular. Y no olvides llevar siempre el pasaporte encima; lo piden en monumentos y hoteles.

Preguntas frecuentes sobre visitar Pekín en cinco días

¿Necesito visado para viajar a Pekín?

Sí, los viajeros españoles necesitan visado para entrar en China. Puedes solicitarlo en el Consulado o aprovechar la exención de visado de 144 horas si solo vas a Pekín y tienes billete de salida a un tercer país.

¿Cuál es la mejor época para visitar Pekín?

Primavera (abril-mayo) y otoño (septiembre-octubre) son ideales: temperaturas suaves y menos contaminación. Evita el verano por el calor y la humedad, y el Año Nuevo Chino si no te gustan las multitudes.

¿Es seguro comer en los puestos callejeros?

En general sí, pero fíjate en la limpieza y en que la comida esté bien hecha. Los dumplings y las brochetas suelen ser apuesta segura. Lleva siempre agua embotellada y evita el hielo.

¿Puedo pagar con tarjeta en Pekín?

Cada vez más lugares aceptan tarjeta, pero muchos comercios pequeños solo funcionan con efectivo o apps chinas como WeChat Pay. Lleva yuanes en metálico para evitar sustos.

Ruta recomendada día a día para ver Pekín en cinco días

  • Día 1: Ciudad Prohibida, Plaza de Tiananmen, Wangfujing
  • Día 2: Templo del Cielo, hutongs, Torre del Tambor y la Campana
  • Día 3: Gran Muralla (Mutianyu), cena de pato laqueado
  • Día 4: Palacio de Verano, 798 Art District
  • Día 5: Templo Lama, mercados, parque Beihai

Pekín en cinco días es intenso, sí, pero te aseguro que merece la pena. Si sigues esta ruta, verás lo esencial, te empaparás de su historia y, sobre todo, vivirás el Pekín más auténtico. Y si tienes dudas, déjalas en los comentarios: siempre hay hueco para una recomendación viajera más.

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