Si buscas una escapada que combine historia, playas de postal y buen rollo, la Costa Dálmata es un acierto seguro. Desde las murallas de Dubrovnik hasta las callejuelas de Split y el ritmo relajado de las islas como Hvar o Korčula, este rincón de Croacia lo tiene todo para un viaje inolvidable. Aquí va mi ruta favorita, consejos de primera mano y todo lo que necesitas saber para exprimir al máximo tu aventura por la costa croata, sin complicaciones ni sorpresas de última hora.
¿Cuál es la mejor ruta para recorrer la Costa Dálmata?
La ruta clásica por la Costa Dálmata suele empezar en Dubrovnik y acabar en Split, o al revés. Lo ideal es volar a una de estas ciudades y moverte en coche de alquiler, ferry o autobús. Yo recomiendo empezar en Dubrovnik y avanzar hacia el norte, haciendo paradas en pueblos con encanto y alguna isla imprescindible.
El itinerario básico sería: Dubrovnik → Ston → Pelješac → Korčula → Makarska → Split → Hvar. Si tienes más días, puedes añadir Trogir, Šibenik o incluso Zadar. Pero para una semana, este recorrido es redondo.
Dubrovnik: la perla del Adriático sin agobios
Dubrovnik es uno de esos sitios que hay que ver al menos una vez en la vida. Eso sí, mejor madrugar y evitar los cruceros si no quieres comerte hordas de turistas. Te recomiendo recorrer las murallas a primera hora (las vistas al Adriático son brutales), perderte por el casco antiguo y, si te animas, pillar el teleférico hasta el monte Srđ para ver el atardecer.
Para comer algo local y sin clavadas, prueba el konoba Lady Pi-Pi o el Barba. Y si buscas una playa, la de Banje está cerca del centro, aunque si tienes tiempo, la de Sveti Jakov es más tranquila y auténtica.
De Dubrovnik a Split: paradas que merecen la pena
Entre Dubrovnik y Split hay mucha tela que cortar. No te limites a la autopista: sal de la ruta y explora pueblos y paisajes que no salen en las guías.
- Ston: Famoso por sus murallas (las más largas de Europa después de la Muralla China) y sus ostras. Si te gusta el marisco, este es tu sitio.
- Peninsula de Pelješac: Viñedos, playas secretas y bodegas familiares. El pueblo de Orebić es perfecto para una parada relajada.
- Ferry a Korčula: Desde Orebić salen ferrys a Korčula cada poco. El trayecto es corto y merece la pena.
Korčula: la isla de Marco Polo y playas escondidas
Korčula es una joya que a veces pasa desapercibida. Su casco antiguo es una mini-Dubrovnik, pero sin multitudes. Callejea sin rumbo, sube a la torre de la catedral y tómate un vino blanco local en una terraza con vistas. Si te apetece playa, alquila una bici o un scooter y busca calas como Pupnatska Luka o Vaja: agua turquesa y cero masificaciones.
Para cenar, reserva mesa en Konoba Mareta o Filippi. Y si te va el rollo slow, quédate una noche y disfruta del ambiente relajado de la isla.
Makarska y la Riviera: playas, montaña y buen ambiente
De vuelta al continente, la Riviera de Makarska es famosa por sus playas de guijarros y el macizo de Biokovo como telón de fondo. Makarska es animada, ideal para pasear por el puerto y cenar pescado fresco. Si buscas algo más tranquilo, explora pueblos cercanos como Brela o Tučepi, con playas de agua cristalina y menos gente.
¿Plan diferente? Sube al Skywalk Biokovo: un mirador de cristal a 1228 metros de altura con vistas épicas de la costa. Eso sí, reserva entrada online en verano porque se llena.
Split: historia, mercados y vida local
Split es mucho más que la puerta de entrada a las islas. El Palacio de Diocleciano es una pasada: un laberinto de calles, plazas y bares metidos en ruinas romanas. No te pierdas el mercado de Pazar (perfecto para pillar fruta fresca), la colina de Marjan (sube para ver la ciudad desde arriba) y el ambiente del Riva al atardecer.
Para comer bien y a buen precio, pásate por Villa Spiza o Konoba Fetivi. Y si quieres playa urbana, Bačvice es la más famosa, aunque a mí me gusta más Kasjuni, algo más alejada y tranquila.
Islas Dálmatas: ¿Hvar, Brač o Vis?
Desde Split salen ferrys diarios a varias islas. Si tienes que elegir, aquí va lo esencial de cada una:
- Hvar: Fiestera, glamurosa y con calas de agua azul eléctrico. El pueblo de Hvar tiene ambiente todo el día, pero también hay rincones tranquilos como Stari Grad o la playa de Dubovica.
- Brač: Ideal para familias o si buscas playas top como Zlatni Rat, en Bol. Más relajada y auténtica, con pueblos pesqueros y rutas de senderismo.
- Vis: Más remota y tranquila, perfecta si quieres desconectar. No te pierdas la Cueva Azul y las playas de Stiniva y Srebrna.
Mi consejo: elige una isla y quédate mínimo dos noches para saborearla sin prisas. Los ferrys funcionan bien, pero revisa horarios en Jadrolinija para evitar sustos.
Consejos prácticos para viajar por la Costa Dálmata
- ¿Coche de alquiler o transporte público? El coche te da libertad y te permite llegar a playas y pueblos menos turísticos. Eso sí, aparcar en las ciudades grandes puede ser un suplicio en verano. Si prefieres el bus, las conexiones entre ciudades principales son buenas y baratas.
- ¿Cuántos días necesito? Una semana es lo mínimo para disfrutar la ruta Dubrovnik-Split con una isla. Si tienes 10 días, mejor.
- ¿Cuándo ir? Mayo, junio y septiembre son perfectos: buen clima y menos gente. Julio y agosto, solo si no te queda otra.
- ¿Dinero y precios? Croacia no está tan barata como antes, pero sigue siendo más asequible que España. Lleva algo de kuna en efectivo para pueblos pequeños, aunque en ciudades y ferrys aceptan tarjeta.
- ¿Idioma? El inglés está muy extendido en toda la costa. Aprender un par de palabras en croata siempre suma puntos con los locales.
Preguntas frecuentes sobre la Costa Dálmata
¿Es seguro viajar por la Costa Dálmata?
Sí, es una de las zonas más seguras de Europa. Solo precaución habitual en playas y zonas turísticas. La gente es amable y hospitalaria.
¿Dónde dormir: hoteles, apartamentos o guesthouses?
En ciudades como Dubrovnik y Split tienes de todo, desde hostales hasta hoteles boutique. En las islas, los apartmani (apartamentos de particulares) son la opción más auténtica y suelen ser más baratos.
¿Qué llevar en la maleta?
Ropa ligera, bañador, zapatillas cómodas (las calles de piedra resbalan), protector solar y una chaqueta para las noches. Si vas en temporada alta, reserva alojamiento con antelación.
Mi ruta recomendada para 7 días por la Costa Dálmata
- Día 1-2: Dubrovnik y alrededores
- Día 3: Ston y península de Pelješac
- Día 4: Korčula
- Día 5: Makarska Riviera
- Día 6: Split
- Día 7: Isla de Hvar o Brač
Si tienes más días, añade Trogir, Šibenik o Vis. Y si vas justo de tiempo, céntrate en Dubrovnik, Split y una isla.
¿Merece la pena la Costa Dálmata?
Sin duda. La mezcla de historia, playas, gastronomía y ambiente mediterráneo la convierten en un destino adictivo. No hace falta gastar mucho ni ir a toda prisa: aquí lo mejor es dejarse llevar, probar un vino local al atardecer y perderse por pueblos con encanto. Si buscas una ruta diferente, con alma y sin postureo, la Costa Dálmata te va a conquistar.