Travesía en tren por el Transiberiano: Moscú a Vladivostok

Si sueñas con una aventura de las que se cuentan en cenas y se recuerdan toda la vida, recorrer el Transiberiano de Moscú a Vladivostok es la experiencia definitiva. No es solo un viaje en tren: es atravesar ocho husos horarios, conocer el alma de Rusia desde su capital hasta el lejano oriente y vivir la ruta ferroviaria más legendaria del planeta. Aquí te cuento, sin postureo y con consejos de primera mano, cómo preparar y disfrutar al máximo la travesía Transiberiana, desde los billetes hasta las mejores paradas y trucos para sobrevivir a los días sobre raíles.

¿Cómo comprar billetes para el Transiberiano sin morir en el intento?

El primer paso es decidir si quieres hacer el trayecto completo Moscú-Vladivostok (unos 9.300 km) o prefieres alguna variante, como el Transmongoliano (Moscú-Pekín vía Mongolia). Para el Transiberiano clásico, lo más sencillo es reservar los billetes directamente en la web oficial de Ferrocarriles Rusos (rzd.ru), que ahora tiene versión en inglés y acepta tarjetas extranjeras. Puedes comprar todo el trayecto de golpe o por tramos, lo que te permite bajar en ciudades como Ekaterimburgo, Irkutsk (para el lago Baikal) o Jabárovsk.

Reserva con al menos un mes de antelación si viajas en verano, que es temporada alta. Si prefieres improvisar, en invierno suele haber más plazas libres, pero ojo con el frío siberiano. Elige bien la clase: la Platzkart (tercera) es la más auténtica y económica, con literas abiertas y ambiente local; la Kupe (segunda) ofrece compartimentos de 4 y más privacidad; y la SV (primera) es la opción más cómoda y tranquila.

¿Cuánto dura el viaje en tren de Moscú a Vladivostok?

El trayecto directo, sin bajarte del tren, dura entre 6 y 7 días según el horario y las paradas. Pero lo suyo es dividir el viaje en etapas, aprovechar para descubrir ciudades y hacer noche fuera del tren. Lo ideal: entre 2 y 3 semanas, para poder saborear cada parada y evitar la “locura del vagón”. Calcula bien los horarios, porque los trenes rusos son puntuales a rabiar y todos los horarios están en hora de Moscú (¡incluso cuando estés a miles de kilómetros!).

¿Cuáles son las mejores paradas del Transiberiano?

Hay tantas como viajeros, pero algunas son imprescindibles. Aquí va mi selección personal:

  • Moscú: Empieza fuerte con la Plaza Roja, el Kremlin y el metro más bonito del mundo. Si tienes tiempo, piérdete por los barrios de Kitay-Gorod o Patriarch’s Ponds.
  • Ekaterimburgo: Puerta de entrada a Asia y ciudad con historia: aquí ejecutaron a la familia Romanov. Sube al mirador Vysotsky para vistas de la ciudad y pasea por el malecón del río Iset.
  • Novosibirsk: Corazón de Siberia y tercera ciudad rusa. Perfecta para probar la gastronomía local y visitar el Teatro de la Ópera, uno de los mayores del mundo.
  • Irkutsk y Lago Baikal: El plato fuerte. Irkutsk es coqueta y fácil de recorrer. Desde aquí, lánzate a Listvyanka o la isla de Olkhon para ver el Baikal, el lago más profundo y antiguo del planeta. Si puedes, báñate (aunque sea solo los pies): dicen que rejuvenece.
  • Ulan-Udé: Capital de la República de Buriatia, con mezcla de culturas rusa y mongola. No te pierdas la enorme cabeza de Lenin en la plaza central y prueba los buuz (empanadillas buriatas).
  • Jabárovsk: Ya casi en el extremo este, a orillas del Amur y con aire fronterizo. Buen sitio para estirar las piernas y tomar un respiro antes del último tirón.
  • Vladivostok: El fin del viaje. Ciudad portuaria, moderna y montañosa, con sabor a Asia y vistas al Pacífico. Sube al mirador Eagle’s Nest y celebra el final de la ruta con marisco fresco.

Consejos prácticos para sobrevivir al Transiberiano

  • Hazte con una taza y una cuchara: En cada vagón hay un samovar con agua caliente gratis. Sopas instantáneas, té y café serán tus mejores aliados.
  • Compra víveres antes de subir: En el tren hay restaurante, pero es caro y el menú se repite. Llévate pan, embutido, fruta y alguna cerveza para socializar. En las paradas largas, vendedores locales ofrecen desde pelmeni (raviolis rusos) hasta pepinillos y pescado ahumado.
  • Aprende lo básico en ruso: Un “spasiba” (gracias) o “chai” (té) abre puertas. Google Translate offline es mano de santo.
  • Ojo con el equipaje: Lleva lo justo. En Platzkart, la maleta va bajo la litera y no hay mucho espacio. Zapatillas, ropa cómoda y una sudadera para las noches.
  • Entretenimiento: Libros, música descargada, podcasts y una libreta para apuntar anécdotas. El móvil se queda sin cobertura durante horas, así que toca desconectar.
  • Paciencia y mente abierta: El ritmo es lento, pero ahí está la gracia. Habla con tus compañeros de vagón (aunque sea a señas), observa el paisaje y disfruta del viaje sin prisa.

¿Es seguro viajar solo en el Transiberiano?

Viajar solo en el Transiberiano es seguro, incluso para mujeres. Los rusos pueden parecer serios de entrada, pero son hospitalarios y siempre hay alguien dispuesto a echar una mano. Los revisores (provodnitsa) cuidan el vagón como si fuera su casa y suelen estar pendientes de los viajeros. Eso sí, sentido común: no dejes objetos de valor a la vista y guarda el pasaporte bien protegido. Si viajas en Platzkart, la vida es comunitaria y siempre hay ojos atentos.

¿Cuánto cuesta recorrer el Transiberiano?

El precio varía según la clase, la época y cuántas paradas hagas. Un billete directo Moscú-Vladivostok en Platzkart ronda los 250-350€; en Kupe, entre 400 y 600€. Si divides el trayecto y bajas en varias ciudades, los precios suben algo, pero merece la pena. Comer en el tren cuesta unos 8-15€ por comida en el vagón restaurante, pero puedes ahorrar comprando en supermercados o en los andenes. Dormir fuera del tren es barato: hostales y hoteles económicos desde 15-30€ la noche.

¿Cuál es la mejor época para hacer el Transiberiano?

Depende de lo que busques. El verano (junio-agosto) es ideal para ver paisajes verdes y lagos en todo su esplendor, aunque hay más turistas. En otoño, los bosques siberianos se tiñen de oro y hay menos gente. El invierno es una experiencia única, con paisajes nevados y temperaturas bajo cero: menos viajeros y más autenticidad, pero prepárate para el frío extremo. Primavera es impredecible, pero los precios son más bajos y todo empieza a despertar.

¿Hace falta visado para recorrer Rusia en tren?

Sí, necesitas visado ruso para todo el trayecto. Tramítalo con tiempo (mínimo un mes antes) y recuerda que te pedirán una carta de invitación (la suelen gestionar los hostales u hoteles). Si vas a cruzar a Mongolia o China, necesitarás sus respectivos visados. Lleva siempre el pasaporte y el registro de alojamiento: en Rusia son muy formales con los papeles.

¿Merece la pena el Transiberiano?

Rotundamente sí. El Transiberiano no es solo un viaje en tren, es una lección de vida sobre la paciencia, la diversidad y el arte de disfrutar el camino. Paisajes cambiantes, encuentros improbables y la sensación de estar cruzando un continente entero sobre raíles. Si buscas una aventura auténtica, con alma y sin filtros, esta ruta es para ti. Y cuando llegues a Vladivostok, te aseguro que mirarás el mapa y pensarás: “¡Lo he hecho!”.

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