Viajar en tren por Europa es de esas experiencias que no se olvidan. No solo por la comodidad de saltar de país en país sin el estrés de los aeropuertos, sino porque el trayecto se convierte en parte del viaje: ventanales con paisajes de postal, pueblos que asoman entre montañas, lagos que parecen espejos y ciudades que te reciben a pie de andén. Si buscas rutas panorámicas en tren por Europa, aquí tienes mi selección de trayectos que merecen la pena, con consejos prácticos, recomendaciones reales y algún truco de viajero experimentado. Ponte cómodo, que arrancamos.
¿Por qué elegir el tren para recorrer Europa?
Moverse en tren por Europa es una gozada. Para empezar, la red ferroviaria es de las mejores del mundo: puntual, eficiente y con rutas que atraviesan paisajes que ni en las mejores películas. Además, puedes viajar ligero, olvidarte de los controles de seguridad eternos y disfrutar del trayecto a tu ritmo. Si eres de los que valoran la sostenibilidad, el tren es la opción más ecológica para moverse entre ciudades europeas.
Otra ventaja: muchas estaciones están en pleno centro, así que te ahorras los traslados interminables desde aeropuertos. Y si te animas con los billetes Interrail o Eurail, puedes improvisar sobre la marcha y descubrir rincones que ni imaginabas.
Las rutas en tren más espectaculares de Europa
Glacier Express: de Zermatt a St. Moritz (Suiza)
El Glacier Express es, sin duda, uno de los trayectos en tren más bonitos del mundo. Une Zermatt y St. Moritz en un recorrido de ocho horas por el corazón de los Alpes suizos. Ventanas panorámicas, viaductos imposibles como el de Landwasser, valles verdes y pueblecitos de cuento. Es caro, sí, pero si quieres regalarte una experiencia inolvidable, este tren es apuesta segura. Reserva con antelación, sobre todo en temporada alta, y no te pierdas el menú que sirven a bordo: hasta la comida es de nivel.
West Highland Line: de Glasgow a Mallaig (Escocia)
Si eres fan de Harry Potter, este trayecto te va a sonar: el famoso viaducto de Glenfinnan forma parte de la ruta. Pero más allá de la magia, la West Highland Line es una lección de paisajes salvajes: lagos, montañas cubiertas de brezo y pueblos remotos del oeste escocés. El tren Jacobite, con locomotora de vapor, recorre el tramo más mítico en verano. Reserva temprano, sobre todo si quieres ventana.
Bernina Express: de Chur a Tirano (Suiza-Italia)
El Bernina Express conecta Suiza con Italia en un viaje de cuatro horas que parece diseñado para Instagram (pero mejor disfruta el paisaje en directo). Cruza el paso Bernina a más de 2.200 metros, pasa junto a glaciares, lagos turquesa y desciende hasta los viñedos italianos de Tirano. Puedes hacer el trayecto en ambos sentidos y combinarlo con el Glacier Express si te apetece una ruta circular.
La línea Flam: de Myrdal a Flam (Noruega)
La línea de tren de Flåm es corta, pero intensa. Solo 20 kilómetros separan Myrdal y Flåm, pero en ese tiempo cruzas cascadas, túneles excavados en la roca y valles de vértigo. Es uno de los trayectos más empinados del mundo y una parada obligada si visitas los fiordos noruegos. Lo mejor: puedes combinarlo con un crucero por el Sognefjord para un día redondo.
Tren del Danubio: de Viena a Budapest (Austria-Hungría)
Entre Viena y Budapest hay varias opciones de tren, pero si buscas paisajes, elige el trayecto que sigue el curso del Danubio. Verás castillos, viñedos y pueblos medievales como Melk o Esztergom. El viaje dura unas tres horas y es perfecto para combinar dos capitales europeas sin estrés. Consejo: si puedes, hazlo en primavera u otoño, cuando el paisaje está en su mejor momento.
Consejos prácticos para viajar en tren por Europa
Viajar en tren por Europa es sencillo, pero tiene sus trucos. Aquí van los que a mí me han salvado más de una vez:
- Reserva con antelación si viajas en rutas panorámicas o en temporada alta. Algunos trenes, como el Glacier Express o el Bernina, se llenan rápido.
- Consulta si necesitas reservar asiento. En muchos trenes internacionales es obligatorio y te pueden multar si no lo llevas.
- Pregunta por los pases de tren como Interrail (para europeos) o Eurail (para no europeos). Salen a cuenta si vas a hacer varios trayectos largos.
- Lleva algo de comida y agua. Aunque muchos trenes tienen vagón restaurante, no siempre te cuadra el horario o los precios no son precisamente baratos.
- Descarga los billetes en el móvil o imprímelos. Hay estaciones pequeñas donde no hay wifi ni impresoras.
- Llega con tiempo a la estación, sobre todo si es grande (tipo París Gare de Lyon o Milán Centrale). Algunas tienen controles de seguridad y los andenes pueden estar lejos.
Preguntas frecuentes sobre rutas panorámicas en tren por Europa
¿Cuál es el mejor mes para hacer rutas panorámicas en tren?
Depende de la ruta, pero en general, la primavera (abril-junio) y el otoño (septiembre-octubre) son ideales: menos turistas, paisajes espectaculares y precios más razonables. En invierno, algunas rutas suizas se vuelven mágicas con la nieve, pero lleva ropa de abrigo y revisa los horarios, porque hay menos frecuencias.
¿Se puede viajar en tren nocturno por Europa?
Sí, y es una experiencia que recomiendo si quieres ahorrar en alojamiento y aprovechar el tiempo. Hay trenes nocturnos que cruzan media Europa: París-Viena, Berlín-Zúrich, Praga-Budapest… Eso sí, reserva con tiempo las literas o cabinas privadas, porque vuelan.
¿Es seguro viajar en tren por Europa?
Totalmente. El tren es uno de los medios más seguros y cómodos para moverse por Europa. Solo vigila tus cosas en estaciones grandes y lleva siempre a mano documentación y billetes.
Rutas menos conocidas que merecen la pena
Si te apetece salirte de lo típico, apunta estas rutas:
- Tren de la Jungfrau (Suiza): Sube hasta la estación más alta de Europa, con vistas a glaciares y picos de 4.000 metros.
- Tren de la Costa Amalfitana (Italia): De Salerno a Sorrento, bordeando acantilados y pueblos de película.
- El Sud Express (Portugal-España): De Lisboa a Hendaya, cruzando el norte de Portugal y el País Vasco francés.
- Tren de los Lagos (Austria): Desde Salzburgo hacia Hallstatt, pasando por lagos alpinos y montañas de postal.
Mi truco para disfrutar de verdad del viaje
Lleva una libreta, apaga el móvil de vez en cuando y mira por la ventana. El tren te da la oportunidad de saborear cada kilómetro, de descubrir paisajes y pueblos que no aparecen en las guías. Si tienes tiempo, bájate en alguna estación intermedia y piérdete un rato. Al final, los mejores recuerdos suelen estar fuera de la ruta marcada.
Viajar en tren por Europa es mucho más que ir de un punto A a un punto B. Es dejarse llevar, descubrir y disfrutar. Así que elige tu ruta, haz la mochila y déjate sorprender. Nos vemos en el próximo andén.