Si te apetece una escapada urbana donde el arte, el diseño y la cultura se mezclan con canales y buen rollo, Copenhague es tu destino. En tres días puedes empaparte del ambiente danés, descubrir rincones modernos y clásicos, y volver a casa con la sensación de haber exprimido la ciudad sin prisas ni agobios. Aquí va mi ruta real para disfrutar Copenhague a tu ritmo, con consejos prácticos y paradas que merecen la pena de verdad.
¿Cómo llegar del aeropuerto de Copenhague al centro?
El aeropuerto de Copenhague (Kastrup) está a solo 8 km del centro. Lo más cómodo es pillar el tren directo desde la terminal hasta la estación central (København H), tarda unos 15 minutos y cuesta poco más de 5 euros. También tienes metro (línea M2) que te deja en Kongens Nytorv, en pleno centro. Si prefieres el bus o un taxi, calcula unos 30 minutos. Consejo: compra la Copenhagen Card para moverte en transporte público y entrar en muchas atracciones, te ahorra tiempo y dinero.
Día 1: Centro histórico, Nyhavn y primeras pinceladas de diseño
Empieza el día en la plaza del Ayuntamiento (Rådhuspladsen). Desde aquí pasea por Strøget, la calle peatonal más famosa, repleta de tiendas de diseño nórdico, cafeterías y algún que otro músico callejero. No te pierdas el Illums Bolighus para ver lo último en decoración danesa (aunque solo sea para mirar).
Llega hasta Nyhavn, el canal más fotogénico de la ciudad, con casas de colores y barcos antiguos. Aquí puedes tomarte un smørrebrød (bocadillo típico) en alguna terraza. Si quieres un plan diferente, haz un tour en barco por los canales, salen desde Nyhavn y en una hora ves la ciudad desde otra perspectiva.
Por la tarde, acércate al Museo Nacional de Dinamarca para entender la historia local. Si te mola el arte contemporáneo, el Museo de Diseño Danés está a tiro de piedra y es una joya para los fans del minimalismo escandinavo.
Remata el día en el Tívoli, el parque de atracciones más antiguo de Europa. Aunque no subas a ninguna montaña rusa, el ambiente y la iluminación merecen la visita. Si viajas en Navidad, es de cuento.
Día 2: Vesterbro, arte urbano y gastronomía local
Arranca en Vesterbro, el barrio más alternativo y creativo de Copenhague. Date una vuelta por Meatpacking District (Kødbyen), antigua zona de mataderos reconvertida en epicentro de galerías, bares y restaurantes. Si eres de brunch, prueba Mother o Prolog Coffee Bar.
Explora las calles de Istedgade y busca murales de arte urbano. Si te apetece algo diferente, visita la Glyptoteket, un museo de escultura y arte clásico con un jardín interior donde tomar un café.
La tarde es perfecta para acercarte a Christianshavn y conocer la Ciudad Libre de Christiania. Es un barrio autogestionado con un ambiente hippie, grafitis y cafeterías únicas. Respeta las normas (no fotos en algunas zonas) y piérdete por sus caminos.
Para cenar, reserva en Warpigs (barbacoa y cervezas artesanas) o en Kødbyens Fiskebar si te va el marisco fresco. El ambiente nocturno en Vesterbro es animado y nada turístico.
Día 3: Castillos, bicicletas y rincones verdes
Empieza el día alquilando una bicicleta, la mejor forma de moverte como un local. Pedalea hasta el Castillo de Rosenborg, rodeado por el parque Kongens Have. El castillo alberga las joyas de la corona danesa y el parque es ideal para un picnic si hace buen tiempo.
Desde ahí, cruza al barrio de Østerbro para ver la famosa Sirenita. No esperes una estatua gigante, pero es un clásico. Mucho mejor es pasear por la fortaleza de Kastellet y disfrutar de las vistas al mar.
Si te interesa la arquitectura moderna, acércate al Bloque de los 8 (8Tallet) en Ørestad, un edificio residencial de Bjarke Ingels que es puro diseño danés. Por el camino, puedes parar en el Superkilen Park, un parque urbano lleno de arte y mobiliario de todo el mundo.
Termina la escapada en el Louisiana Museum of Modern Art, a 35 minutos en tren desde Copenhague. El museo está junto al mar y es de lo mejorcito en arte contemporáneo y paisajismo. Si no te da tiempo, el SMK (Statens Museum for Kunst) en la ciudad también merece la pena.
¿Dónde dormir en Copenhague sin dejarte un riñón?
Copenhague no es barata, pero hay opciones decentes. Si buscas algo céntrico y con rollo, Urban House (en Vesterbro) es moderno y tiene habitaciones privadas y compartidas. Para algo más boutique, Hotel SP34 en el barrio latino es acogedor y cerca de todo. Si prefieres apartamentos, mira en Airbnb por Nørrebro o Christianshavn, barrios tranquilos y auténticos.
Consejos prácticos para disfrutar Copenhague como un local
- Muévete en bici: Hay carriles bici por toda la ciudad y el tráfico respeta mucho. Puedes alquilar bicis urbanas con GPS.
- Come a horas locales: Los daneses comen pronto (sobre las 12:00 y las 18:00). Si vas a restaurantes, reserva con antelación.
- Paga con tarjeta: Todo, hasta el café más pequeño, se paga con tarjeta. Apenas usan efectivo.
- Lleva ropa para todo: El clima cambia rápido. Chubasquero y jersey, aunque sea verano.
- Descubre los mercados: Torvehallerne es ideal para probar productos locales y pillar algo de picnic.
Preguntas frecuentes sobre viajar a Copenhague en 3 días
¿Cuánto cuesta un viaje de 3 días a Copenhague?
Calcula entre 300 y 500 euros por persona, incluyendo alojamiento, comidas y entradas. Si ajustas en comidas (street food, supermercados) y usas la Copenhagen Card, puedes ahorrar bastante.
¿Es seguro viajar solo a Copenhague?
Sí, es una de las ciudades más seguras de Europa. Puedes caminar de noche por casi cualquier barrio sin problema. Solo sentido común y ojo con la bici, que aquí es sagrada.
¿Qué no te puedes perder en Copenhague?
Nyhavn, Tívoli, un paseo en bici, el arte moderno del Louisiana, y perderte por Vesterbro y Christiania. Son los imprescindibles para llevarte la esencia de la ciudad.
¿Se puede ver lo principal de Copenhague en 3 días?
Sí, tres días dan para mucho si planificas bien y te mueves en bici o transporte público. No hace falta correr, la ciudad invita a disfrutar sin prisas.
En resumen: Copenhague es arte, diseño y cultura en estado puro. Tres días bastan para enamorarte de su ambiente relajado y su estilo de vida. ¡Haz la maleta y disfruta de la capital danesa como un auténtico local!