Si buscas una escapada rural auténtica, de esas que te reconcilian con el monte, la Sierra de la Demanda es un filón. Aquí no hay masificaciones ni rutas de postureo: hay pueblos con sabor a leña, senderos que huelen a pino y un silencio de los que curan el alma. Te cuento cómo aprovechar al máximo un viaje a este rincón de Burgos y La Rioja, dónde dormir, qué ver y cómo moverte para no perderte lo mejor. Palabra de viajero que huye del ruido.
Cómo llegar a la Sierra de la Demanda y moverse sin complicaciones
Llegar a la Sierra de la Demanda desde Madrid es sencillo: en coche, tienes unas 2 horas y 45 minutos por la A-1 hasta Burgos y luego dirección sur hacia Salas de los Infantes. Si prefieres transporte público, hay autobuses hasta Burgos capital y desde ahí puedes alquilar un coche, porque para moverte entre pueblos y rutas, el coche es imprescindible. Las carreteras son estrechas pero están bien mantenidas, y conducir por aquí es un placer: curvas suaves, vistas de robledales y, si tienes suerte, algún corzo cruzando la carretera.
Los pueblos con más encanto de la Sierra de la Demanda
Olvídate de los pueblos de postal llenos de turistas. Aquí los pueblos tienen vida de verdad y cada uno guarda su historia. Mi top personal:
- Ezcaray: Aunque está en La Rioja, es la puerta norte de la sierra. Casas de piedra, bares con pinchos de los buenos y ambiente de montaña. Ideal para dormir y cenar bien.
- Salas de los Infantes: Base perfecta para explorar la zona burgalesa. Tiene todos los servicios y un museo de dinosaurios que sorprende (sí, aquí hay huellas fósiles por todas partes).
- Barbadillo del Pez: Pequeño, tranquilo y con una iglesia románica preciosa. Si buscas desconexión total, aquí la tienes.
- Pradoluengo: Famoso por sus fábricas de paños y su entorno de hayedos. Merece la pena pasear por sus calles y probar el chorizo local.
Rutas de senderismo imprescindibles para todos los niveles
La Sierra de la Demanda es un paraíso para andarines, pero también hay paseos suaves para los que prefieren ir a su ritmo. Aquí van tres rutas que no fallan:
- Ascenso al Pico San Lorenzo: El techo de La Rioja (2.271 m). Si te ves con ganas, la subida desde la estación de Valdezcaray es dura pero espectacular. Vistas de la sierra entera y, en días claros, hasta los Pirineos.
- Ruta de las Lagunas de Neila: Un clásico burgalés. Sendero circular entre lagunas glaciares, pinares y miradores. Hay recorridos cortos y otros más largos, así que puedes elegir según tu energía.
- Paseo por el Valle de Valdelaguna: Ideal para familias o si quieres algo relajado. Caminos llanos, bosques de robles y, en otoño, un festival de colores.
Consejo: lleva siempre agua, algo de comida y ropa de abrigo, incluso en verano. El tiempo aquí cambia rápido y las tormentas de montaña no avisan.
Qué ver y hacer más allá del senderismo
La Sierra de la Demanda es mucho más que andar. Si te va la historia, fliparás con los yacimientos de huellas de dinosaurio en Regumiel de la Sierra y Salas de los Infantes. Hay visitas guiadas y rutas señalizadas para ver icnitas (huellas fósiles), un planazo si viajas con niños o eres curioso de nacimiento.
Si te gusta el agua, acércate a las cascadas de Altuzarra o al embalse del Arlanzón. En verano, algún chapuzón cae y, en otoño, el espectáculo de colores es brutal. Y para los aficionados a la bici, la Vía Verde de la Sierra de la Demanda es una ruta sencilla y muy recomendable, perfecta para recorrer en familia o con amigos.
En invierno, la estación de esquí de Valdezcaray suele tener ambiente, pero si no te va el esquí, simplemente pasear por los pueblos nevados ya merece el viaje.
Dónde dormir y comer bien en la Sierra de la Demanda
La oferta de alojamiento es variada: desde casas rurales con chimenea hasta pequeños hoteles familiares. En Ezcaray hay opciones para todos los bolsillos, y en los pueblos pequeños puedes encontrar alojamientos con mucho encanto y trato cercano. Reserva con antelación si vas en puentes o verano, porque aquí todo es pequeño y se llena rápido.
Para comer, apuesta por los menús caseros: cordero lechal, setas (en temporada), truchas y, por supuesto, los embutidos. En Pradoluengo y Salas de los Infantes hay bares y restaurantes donde el menú del día es apuesta segura. Si buscas algo especial, el Echaurren en Ezcaray tiene fama (y estrella Michelin), pero en cualquier bar de pueblo comes bien y sin postureo.
Preguntas frecuentes sobre la escapada rural a la Sierra de la Demanda
¿Cuál es la mejor época para visitar la Sierra de la Demanda?
Cada estación tiene su punto. En primavera y otoño los paisajes son de postal y el clima es ideal para caminar. En verano hace fresco y se está de lujo, y en invierno, si nieva, los pueblos parecen sacados de un cuento. Eso sí, lleva siempre ropa de abrigo y calzado bueno.
¿Se puede visitar la Sierra de la Demanda con niños?
Sí, y es un planazo. Hay rutas sencillas, áreas recreativas y los yacimientos de dinosaurios les flipan. Muchos alojamientos son family-friendly y los pueblos son tranquilos para ir en familia.
¿Hace falta coche para moverse por la Sierra de la Demanda?
Imprescindible. El transporte público es escaso y los puntos de interés están bastante repartidos. Si puedes, alquila un coche o comparte viaje con amigos.
¿Es una zona segura para viajar solo?
Completamente. La gente es amable y los pueblos son seguros. Eso sí, si sales de ruta, avisa en el alojamiento o lleva el móvil cargado. Y sentido común, como siempre en la montaña.
Consejos prácticos para una escapada redonda
- Lleva siempre efectivo: en muchos bares y alojamientos pequeños no aceptan tarjeta.
- Consulta la previsión del tiempo y adapta tus planes. Aquí la meteorología cambia en un suspiro.
- Respeta el entorno: no dejes basura y si ves setas, ojo, algunas especies están protegidas.
- Pregunta a los locales: son los mejores guías y siempre te recomendarán ese rincón especial que no sale en Instagram.
La Sierra de la Demanda es de esos sitios que sorprenden por su autenticidad. Si buscas naturaleza, pueblos con alma y rutas sin agobios, apúntatelo en la lista. Y si tienes dudas, déjalas en los comentarios, que aquí estamos para compartir rutas y experiencias de verdad.