Si alguna vez has soñado con perderte entre montañas de postal, lagos turquesa y pueblos donde el reloj parece ir más despacio, el trekking por los Alpes suizos es tu plan. Aquí no hace falta ser un sherpa ni dejarse el sueldo en material técnico: hay rutas para todos los gustos, desde paseos sencillos hasta travesías que te dejan sin aliento (en el mejor sentido). Te cuento lo imprescindible para organizar tu escapada, cómo elegir la ruta perfecta y esos trucos que solo se aprenden pateando caminos suizos. Prepárate para vivir los Alpes de verdad, sin filtros ni postureo.
¿Cuál es la mejor época para hacer trekking en los Alpes suizos?
La temporada estrella para el senderismo en los Alpes suizos va de junio a septiembre. En estos meses los caminos están limpios de nieve, los refugios abiertos y el clima es ideal: días largos, temperaturas suaves y los prados en su punto. Si buscas tranquilidad, apunta a junio o septiembre, cuando hay menos gente y los paisajes siguen igual de espectaculares. Evita los meses de invierno salvo que busques rutas con raquetas o esquí de travesía, porque muchas sendas se vuelven impracticables.
Rutas imprescindibles para todos los niveles
Te aseguro que hay vida más allá del famoso Tour del Mont Blanc. Los Alpes suizos están llenos de caminos con encanto, bien señalizados y con opciones para todos los públicos. Aquí van mis favoritas, probadas y recomendadas:
Ruta de los Cinco Lagos (Zermatt)
Ideal si buscas una ruta corta pero con vistas de escándalo. Son unos 10 km, fácil de seguir y con el Matterhorn (el Cervino) de fondo casi todo el rato. Los lagos Stellisee, Grindjisee, Grünsee, Moosjisee y Leisee parecen sacados de un catálogo, y el reflejo de las montañas en el agua es de los que se te quedan grabados. Perfecta para una excursión de medio día, incluso con niños.
Via Alpina: de Grindelwald a Lauterbrunnen
Un tramo del mítico sendero que cruza los Alpes suizos de este a oeste. Esta etapa (unos 18 km) es de las más bonitas: prados alpinos, cascadas y vistas al Eiger, Mönch y Jungfrau. Si tienes ganas de más, puedes alargar hasta Mürren o hacer varias etapas seguidas, durmiendo en refugios o pequeños hoteles de montaña.
Sendero panorámico de Aletsch
Si te flipan los glaciares, este camino es obligatorio. La ruta bordea el glaciar de Aletsch, el más grande de Europa, con miradores como el de Bettmerhorn. Son unos 14 km, sin dificultades técnicas, y las panorámicas son de otro planeta. Lleva cámara y reserva sitio en la terraza de algún refugio para tomarte una cerveza con vistas.
Travesía de Engadina: de Sils a St. Moritz
La región de Engadina es menos turística que otras zonas y tiene una luz especial. El sendero entre Sils y St. Moritz (unos 15 km) serpentea entre lagos, bosques de alerces y pueblos suizos de postal. Es perfecto si quieres combinar trekking con cultura y buena gastronomía.
¿Cómo moverse y planificar las etapas?
El transporte público en Suiza es una maravilla. Trenes, autobuses y teleféricos conectan casi cualquier punto de los Alpes, así que puedes organizar rutas lineales sin preocuparte por el coche. Consulta horarios en la web de SBB-CFF (los trenes suizos son puntuales como un reloj suizo, literal) y aprovecha los pases regionales para ahorrar. Si tienes claro tu itinerario, reserva los alojamientos con antelación, sobre todo en julio y agosto. Muchos refugios y hoteles de montaña ofrecen media pensión, lo que te soluciona el tema de la cena y el desayuno.
Consejos prácticos para hacer trekking en Suiza sin complicaciones
- Equipo ligero pero completo: Lleva botas cómodas, chubasquero, algo de abrigo (en altura refresca incluso en verano) y protección solar. No hace falta ir cargado como un burro, pero tampoco vayas en modo dominguero.
- App y mapas offline: Las rutas están bien marcadas, pero nunca está de más llevar un mapa físico o apps como Komoot o SwissTopo descargadas. La cobertura a veces falla en zonas remotas.
- Agua y picoteo: Hay fuentes en muchos caminos, pero lleva siempre agua suficiente y algo de comer (frutos secos, chocolate suizo, lo que más te motive).
- Respeta la montaña: No dejes basura, cierra las vallas de los pastos y saluda a los locales. Suiza es limpia y ordenada, y se agradece que los visitantes sigamos el rollo.
- Seguro de viaje: La sanidad suiza es excelente, pero cara. Un buen seguro que cubra rescates en montaña te da tranquilidad extra.
Preguntas frecuentes sobre trekking en los Alpes suizos
¿Hace falta experiencia previa para hacer rutas en los Alpes?
No necesariamente. Muchas rutas son aptas para principiantes y familias. Si te animas con travesías largas o caminos de alta montaña, sí conviene tener algo de experiencia y buena forma física.
¿Dónde dormir durante el trekking?
Hay de todo: desde refugios sencillos y albergues hasta hoteles con spa. Los refugios suelen ofrecer media pensión y ambiente montañero. Si buscas algo diferente, prueba los “Berghotel” o casas rurales en pueblos pequeños.
¿Se puede hacer trekking en solitario?
Perfectamente. Suiza es un país seguro y los caminos están muy bien señalizados. Eso sí, avisa siempre de tu ruta a alguien y lleva móvil cargado. Si prefieres compañía, hay tours guiados y grupos organizados.
¿Cuánto cuesta hacer trekking en Suiza?
No es barato, pero tampoco misión imposible. El mayor gasto suele ser el alojamiento y el transporte. Si ajustas el presupuesto (albergues, picnics, pases de tren) puedes disfrutar de los Alpes sin hipotecarte.
Rutas secretas y rincones poco conocidos
Si te va el rollo menos transitado, apunta estas joyas:
- Val d’Anniviers: Un valle menos turístico, con pueblos como Grimentz o Zinal y rutas entre viñedos y glaciares.
- Lago Oeschinen: Cerca de Kandersteg, un lago de color imposible rodeado de paredes de roca. El sendero que lo bordea es corto y espectacular.
- Valle de Lötschental: Tradición alpina, pueblos auténticos y rutas tranquilas. Ideal para desconectar y ver el lado más rural de Suiza.
Mi consejo final para disfrutar de los Alpes suizos sin complicaciones
No te obsesiones con hacer la ruta más dura ni con llegar el primero. Aquí lo importante es saborear el camino, parar en un refugio a tomar un café suizo, charlar con los locales y dejarte sorprender por cada curva del sendero. Los Alpes suizos son de esos sitios que te reconcilian con la naturaleza y contigo mismo. Así que ponte las botas, prepara la mochila y lánzate a descubrirlos a tu ritmo. Nos vemos en el próximo cruce de caminos.