Viaje a Myanmar: templos de Bagan y lago Inle

Viajar a Myanmar es como abrir un libro de aventuras donde todo parece aún por descubrir. Aquí no hay hordas de turistas ni poses forzadas: solo paisajes que te dejan sin palabras, templos milenarios y gente que sonríe de verdad. Si buscas una ruta auténtica, que combine historia, naturaleza y momentos de esos que te cambian por dentro, apunta dos nombres: los templos de Bagan y el lago Inle. Te cuento cómo exprimir cada rincón, moverte como un local y no perderte ni una puesta de sol.

Cómo llegar a Bagan y al lago Inle: rutas y consejos prácticos

Myanmar es grande y las distancias engañan. Para llegar a Bagan lo más cómodo es volar desde Yangon o Mandalay; los vuelos internos son baratos y te ahorran horas de carretera. Si prefieres el tren, prepara paciencia: el trayecto es largo, pero verás paisajes rurales únicos y sentirás el pulso real del país. Para el lago Inle, el aeropuerto más cercano es Heho. Desde ahí, un taxi compartido te lleva a Nyaung Shwe, la base para explorar el lago, en menos de una hora. No te líes con buses nocturnos si tienes poco tiempo: no son cómodos y se pierde un día entero recuperando el cuerpo.

Templos de Bagan: qué ver y cómo recorrerlos sin agobios

Bagan es el sueño de cualquier viajero: más de 2.000 templos y pagodas repartidos en una llanura inmensa. No hace falta verlos todos, ni mucho menos. Lo mejor es alquilar una e-bike (una moto eléctrica; fácil de manejar y barata) y recorrer a tu ritmo los templos principales y los menos conocidos. Madruga para ver el amanecer desde Shwesandaw o Pyathada —las vistas con los globos aerostáticos flotando son de otro mundo— y aprovecha el atardecer en templos menos concurridos como Law Ka Ou Shaung o Sulamani.

¿Cuáles no te puedes perder? Ananda, con sus budas dorados y frescos intactos; Dhammayangyi, que parece una pirámide roja; y Thatbyinnyu, el más alto. Pero lo mejor de Bagan es perderte en bici, parar en templos pequeños donde solo hay monjes y escuchar el silencio. Lleva agua, crema solar y respeta siempre el código de vestimenta: hombros y rodillas cubiertos.

El lago Inle: vida flotante y pueblos con alma

El lago Inle es otro rollo: casas de madera sobre pilotes, jardines flotantes y pescadores que reman de pie con una pierna. Para explorar el lago, lo ideal es contratar una barca privada desde Nyaung Shwe. El precio se negocia y si madrugas, verás el amanecer reflejado en el agua, con los mercados flotantes despertando y las primeras barcas saliendo a faenar.

No te quedes solo en la superficie: pide al barquero que te lleve a los pueblos menos turísticos, como Indein, con sus estupas cubiertas de musgo, o Khaung Daing, famoso por sus talleres de tofu. Si te apetece moverte por tierra, alquila una bici y recorre los alrededores del lago; hay rutas entre viñedos, monasterios y campos de arroz. Y si quieres una experiencia auténtica, busca un taller de tejidos de loto o tabaco y charla con los artesanos.

¿Cuándo viajar a Myanmar para visitar Bagan y el lago Inle?

La mejor época para viajar a Myanmar es de noviembre a febrero: temperaturas suaves, cielos despejados y nada de lluvias. Marzo y abril ya son calurosos, y de mayo a octubre es temporada de monzones, con lluvias intensas y caminos embarrados. Si puedes cuadrar tu viaje en el festival de globos de Taunggyi (noviembre), en el estado Shan, tendrás un espectáculo único cerca del lago Inle.

¿Dónde dormir en Bagan y el lago Inle? Opciones para todos los gustos

En Bagan, lo más práctico es alojarse en Nyaung U (más mochilero y con restaurantes locales), Old Bagan (cerca de los templos principales, algo más caro) o New Bagan (tranquilo y con hoteles de gama media). Yo prefiero Nyaung U: ambiente viajero, comida barata y fácil para moverse.

En el lago Inle, la mayoría se queda en Nyaung Shwe. Hay guesthouses sencillas, hoteles boutique y hasta algún alojamiento sobre el agua. Si buscas algo especial, prueba una noche en un hotel flotante: despertarte con el sol saliendo sobre el lago no se olvida. Reserva con antelación si viajas en temporada alta.

Preguntas frecuentes sobre viajar a Bagan y el lago Inle

¿Hace falta visado para Myanmar?

Sí, la mayoría de nacionalidades necesitan visado. Se tramita online (eVisa) y es rápido. Ojo: revisa siempre la situación política antes de viajar.

¿Es seguro viajar por libre?

En Bagan y el lago Inle, sí. Son zonas tranquilas, la gente es amable y no hay apenas problemas. Sentido común, respeto y listo.

¿Cuánto tiempo dedicar a cada sitio?

Lo ideal: mínimo dos días completos en Bagan y otros dos en el lago Inle. Si puedes, añade uno extra para moverte con calma y no ir a la carrera.

¿Qué moneda se usa y cómo sacar dinero?

La moneda es el kyat. Lleva algo de efectivo, porque no siempre aceptan tarjetas. En los aeropuertos y zonas turísticas hay cajeros, pero no todos funcionan con tarjetas internacionales.

¿Es fácil encontrar comida vegetariana?

Sí. La cocina birmana tiene muchos platos de verduras, sopas y currys suaves. Prueba la ensalada de hojas de té (lahpet thoke) y los noodles shan.

Consejos para un viaje responsable y sin sorpresas

Myanmar está cambiando rápido, pero sigue siendo un país tradicional. Viste con respeto, pide permiso antes de hacer fotos a la gente y apoya los negocios familiares. Evita montar en elefante o cualquier actividad que explote animales. Y, sobre todo, viaja con la mente abierta: aquí no todo funciona como en casa, pero es parte del encanto.

Bagan y el lago Inle son lugares que dejan huella. Si buscas un viaje con alma, lejos del turismo de masas, este es tu sitio. Hazme caso: vuelve con la cámara llena, pero sobre todo con la cabeza y el corazón a rebosar de historias que solo se viven aquí.

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