Si eres de los que piensan que tapear en Sevilla es solo sentarse en una terraza de la Giralda y pedir lo primero que veas en la carta, te aviso: te puedes perder lo mejor. Sevilla tiene alma y sabor en cada rincón, pero para disfrutar de las auténticas tapas tradicionales hay que saber moverse, elegir bien y no caer en las trampas para turistas. Aquí va mi guía personal, sin postureo, para que comas de lujo y vivas la experiencia como un sevillano más.
¿Dónde comer tapas auténticas en Sevilla?
Olvida los bares con fotos plastificadas y busca los sitios donde los camareros te llaman “miarma” y la barra siempre está llena de gente local. El barrio de Triana es un clásico infalible: prueba Las Golondrinas para una carrillada ibérica que te hace la ola, o Casa Ruperto si quieres probar codornices fritas, un bocado muy de aquí. En el centro, no fallan El Rinconcillo (la taberna más antigua de Sevilla, con espinacas con garbanzos de las que hacen afición) y Bodega Santa Cruz Las Columnas, donde el ambiente es puro nervio sevillano y las tapas salen a ritmo de vértigo.
Si buscas algo menos trillado y más de barrio, acércate a La Macarena y entra en El Pelícano o Bar Plata: aquí la ensaladilla rusa y el montadito de pringá son religión. Y si tienes coche, date una vuelta por El Tremendo en Bellavista, que su chorizo al vino es de los que se recuerdan.
Tapas imprescindibles que tienes que pedir
En Sevilla hay vida más allá del salmorejo y la tortilla. Si quieres ir sobre seguro, apunta estas tapas tradicionales:
- Espinacas con garbanzos: receta de abuela, especiada y reconfortante. Ideal para empezar.
- Montadito de pringá: un pequeño bocadillo con restos de carne del cocido andaluz, untuoso y sabroso.
- Chicharrones: tocino frito, crujiente y adictivo. Perfecto con una caña bien fría.
- Flamenquín: jamón y carne enrollados y empanados. Pide uno para compartir, que llenan.
- Pavía de bacalao: trozos de bacalao rebozados, jugosos por dentro y crujientes por fuera.
- Solomillo al whisky: carne tierna bañada en salsa de ajo y whisky, un clásico de barra sevillana.
- Huevos a la flamenca: cazuela con tomate, chorizo, guisantes y huevo cuajado. Cucharazo obligatorio.
No olvides preguntar por la tapa del día: muchos bares tienen fuera de carta lo que el chef ha preparado fresco, y suele ser lo mejor.
Consejos para tapear como un sevillano y no fallar
El tapeo en Sevilla tiene sus códigos. Aquí van unos trucos que te ahorrarán disgustos y te harán disfrutar como un local:
- Empieza en la barra: es donde está la acción y donde mejor se tapea. Si vas en grupo, pedid varias tapas para compartir y así probar de todo.
- Pide de poco en poco: no te lances a pedir cinco cosas de golpe. Ve sobre la marcha, pregunta qué recomiendan y déjate guiar.
- Pregunta por la tapa, media o ración: la tapa es pequeña (ideal para probar), la media ración es para compartir y la ración es para cuando ya tienes claro que algo te flipa.
- Deja hueco para el postre: si ves torrijas o leche frita en la carta, ni lo dudes.
- No te cortes en preguntar: los camareros suelen ser directos y agradecen que quieras comer bien. Si dudas, pregunta cuál es la especialidad de la casa.
- Paga al final: en la mayoría de bares, apúntate lo que pides y paga todo junto antes de irte. Nada de pagar ronda a ronda, aquí se fía.
¿Cuánto cuesta tapear en Sevilla?
La buena noticia: tapear en Sevilla es bastante asequible. Las tapas tradicionales suelen costar entre 2 y 4 euros, dependiendo del bar y la zona. Una comida completa con varias tapas y bebidas puede salirte por 12-18 euros por persona en sitios auténticos. En las zonas más turísticas puede subir un poco, pero si sigues mis recomendaciones, comerás bien sin dejarte el sueldo.
El precio de la caña ronda 1,50-2 euros, y el vino de la casa suele ser barato y decente. Si eres de vermut, aquí también lo clavan.
Preguntas frecuentes sobre tapear en Sevilla
¿Hace falta reservar para tapear?
En la mayoría de bares de tapas tradicionales no se reserva, especialmente si vas a la barra. Si sois un grupo grande o quieres mesa en sitios muy populares (como El Rinconcillo o Las Golondrinas), mejor llama antes, sobre todo en fin de semana.
¿A qué hora es mejor salir de tapas?
El horario fuerte del tapeo en Sevilla es de 13:30 a 15:30 y de 20:30 a 22:30. Si llegas antes, tendrás sitio, pero el ambiente es mejor cuando el bar está animado. No vayas con prisas: aquí la idea es disfrutar, charlar y repetir ronda.
¿Qué bebida pedir con las tapas?
La caña de cerveza es la reina, pero si quieres algo más local, pide un fino o una manzanilla (vinos generosos de la zona) o un tinto de verano para refrescarte. El rebujito es más típico de feria, pero tampoco desentona si te apetece algo suave.
¿Es habitual dejar propina?
No es obligatorio, pero si te han atendido bien (que suele ser lo normal), deja unas monedas como gesto. En Sevilla se agradece y ayuda a que la barra siga viva.
Mi ruta favorita de tapeo tradicional en Sevilla
Si quieres ir sobre seguro y probar un poco de todo, te propongo una ruta sencilla para una tarde-noche de tapeo:
- Empieza en El Rinconcillo (calle Gerona): espinacas con garbanzos y montadito de pringá.
- Pasa por Bodega Santa Cruz Las Columnas (calle Rodrigo Caro): pavía de bacalao y chicharrones.
- Dirígete a Casa Morales (calle García de Vinuesa): salmorejo y solomillo al whisky.
- Cruza el río a Triana y entra en Las Golondrinas (calle Antillano Campos): carrillada y flamenquín.
- Remata en Bar Plata (calle Relator): ensaladilla y una caña para cerrar.
Hazlo sin prisas, disfruta cada parada y, si puedes, charla con la gente de barra: las mejores recomendaciones no están en internet, sino en boca de quienes viven la ciudad cada día.
Tapear en Sevilla: lo importante es el ambiente
En Sevilla, la tapa es casi una excusa para juntarse, reírse y sentirse parte de algo. No busques la foto perfecta ni el plato más instagrameable. Busca el bullicio, el olor a guiso, la barra pegajosa y las conversaciones cruzadas. Eso es tapear en Sevilla de verdad. Y cuando vuelvas a casa, ya verás cómo te acuerdas más del ambiente y la gente que de la cuenta final.