Si te gusta comer bien y tienes un par de días libres, Lyon es la ciudad francesa que necesitas en tu vida. Aquí no solo se come, se celebra la comida. Sus calles huelen a mantequilla, vino y queso, y los locales te miran raro si no disfrutas de una sobremesa larga. Lo mejor: no hace falta ser un foodie de manual para gozarla. Con una buena ruta gastronómica por Lyon en 2 días puedes saborear desde los míticos “bouchons” hasta los mercados más auténticos, sin arruinarte ni perder tiempo en sitios turísticos de pega. Te cuento cómo organizarte para exprimir la ciudad y volver con el estómago (y el corazón) contentos.
¿Por qué Lyon es la capital gastronómica de Francia?
Lyon no se autoproclama, se lo ha ganado a pulso. Aquí nacieron Paul Bocuse y la Nouvelle Cuisine, pero también la tradición de los bouchons, esos pequeños restaurantes donde el menú es corto, casero y contundente. La ciudad está rodeada de regiones productoras: Beaujolais, Bresse, Dombes, y eso se nota en la calidad de todo lo que pruebas. Además, Lyon tiene más restaurantes por habitante que París, y una mezcla de mercados, bares y pastelerías que no deja indiferente ni al más escéptico. Si buscas dónde comer bien en Francia sin arruinarte, este es tu sitio.
Itinerario para una ruta gastronómica por Lyon en 2 días
La clave para aprovechar una escapada corta es combinar clásicos y descubrimientos. Aquí va una ruta realista, con paradas que no fallan, para que te dé tiempo a comer, pasear y repetir postre si hace falta.
Día 1: Bouchons, mercado y dulces en el Viejo Lyon
- Desayuno en una boulangerie local: Empieza el día en Boulangerie du Palais (8 Rue du Palais de Justice). Prueba una brioche praline, el bollo rosa típico de Lyon. Café y croissant para los clásicos, pero si quieres algo diferente, lánzate a por el pain au chocolat con almendra.
- Paseo por el Vieux Lyon: Callejea por las traboules (pasadizos secretos) y piérdete entre tiendas de quesos y charcuterías. Si ves una cola en La Mère Richard, es por algo: el queso Saint-Marcellin aquí es religión.
- Comida en un bouchon auténtico: Reserva en Le Café des Fédérations (8 Rue Major Martin). Aquí se viene a probar la quenelle de brochet (una especie de albóndiga de pescado con salsa Nantua), el salade lyonnaise y el mítico tablier de sapeur (tripas rebozadas, solo para valientes). Pide vino de la casa y déjate aconsejar.
- Postre y café en Place Bellecour: Haz hueco para un tarte aux pralines en Maison Bouillet (14 Place Bellecour). El azúcar rosa es marca de la casa.
- Tarde de mercado: Cruza el Ródano y visita el Marché Saint-Antoine (a diario hasta las 13:00). Aquí puedes picar ostras frescas con vino blanco o comprar embutido para el viaje de vuelta. Si eres de los que disfrutan mirando puestos, este es tu paraíso.
- Cena ligera en Les Halles de Lyon Paul Bocuse: No te vayas sin pasar por este templo gourmet (102 Cours Lafayette). Puedes cenar de tapeo: foie gras, mariscos, quesos y un poco de vino para cerrar el día. Si tienes suerte, pilla sitio en Chez Léon para probar los caracoles.
Día 2: De mercados locales a cocina contemporánea
- Desayuno en Croix-Rousse: Sube a este barrio bohemio y desayuna en Boulangerie Jocteur (2 Place de la Croix-Rousse). Aquí el pain aux céréales y los croissants son de otro planeta. Si es martes o sábado, aprovecha el Marché de la Croix-Rousse para ver productos de temporada y pillar fruta fresca.
- Visita a una fromagerie: Prueba quesos artesanales en Fromagerie La Mère Richard (en Les Halles o en su tienda original). El Saint-Félicien y el Bleu de Bresse son apuestas seguras.
- Comida con vistas al Saona: Reserva mesa en Le Bouchon des Filles (20 Rue Sergent Blandan), un local moderno que reinventa recetas clásicas. El menú cambia según mercado, pero siempre hay opción vegetariana y platos de cuchara.
- Paseo digestivo: Cruza el puente de la Feuillée y piérdete por la Presqu’île, con parada en alguna pastelería para un canelé o un financier.
- Cena en bistró contemporáneo: Si quieres algo diferente, prueba Le Kitchen Café (34 Rue Chevreul), donde mezclan cocina francesa con toques nórdicos y asiáticos. Menú corto, producto local y postres de escándalo. Reserva porque se llena.
Platos típicos de Lyon que tienes que probar sí o sí
- Quenelle de brochet: Albóndiga de lucio (pescado) en salsa cremosa. Suave, delicada y adictiva.
- Salade lyonnaise: Ensalada templada con lechuga, panceta, picatostes y huevo escalfado. Sencilla pero gloriosa.
- Andouillette: Embutido de tripa, fuerte de sabor. No es para todos, pero hay que probarla al menos una vez.
- Tablier de sapeur: Tripa rebozada y frita. Si te atreves, repites.
- Cervelle de canut: Queso fresco batido con hierbas, chalota y aceite de oliva. Para untar sin parar.
- Tarte aux pralines: Tarta de almendra y caramelo rosa. Dulce, crujiente y muy de Lyon.
Consejos prácticos para tu escapada gastronómica a Lyon
- Reserva siempre que puedas: Los bouchons auténticos son pequeños y se llenan rápido, sobre todo los fines de semana.
- Pregunta por el menú del día: Muchos restaurantes ofrecen fórmulas a mediodía con platos típicos a mejor precio.
- No te cortes con el vino local: El Beaujolais y el Côtes du Rhône son vinos de la zona y suelen estar bien de precio por copa.
- Ojo con los horarios: En Francia se come pronto (12:00-14:00) y se cena entre las 19:00 y las 21:30. Llegar tarde es sinónimo de cocina cerrada.
- Deja hueco para el postre: En Lyon la repostería es casi tan importante como el plato principal. No te vayas sin probar al menos una tarta de praline.
- Lleva efectivo: Algunos mercados y pequeños locales no aceptan tarjeta.
Preguntas frecuentes sobre la ruta gastronómica por Lyon en 2 días
- ¿Cuánto cuesta comer bien en Lyon? Puedes comer un menú del día en un bouchon desde 18-25€, y cenar de tapeo en Les Halles por unos 20-30€. Si te das un capricho en un bistró moderno, calcula unos 40-50€ por persona con vino.
- ¿Es necesario reservar en los restaurantes? Sí, sobre todo en los bouchons auténticos y los locales de moda. Mejor reservar online o llamar con antelación.
- ¿Hay opciones vegetarianas o veganas? Cada vez más. Busca restaurantes con carta «végétarienne» o pregunta por platos sin carne. Le Bouchon des Filles y Le Kitchen Café suelen tener opciones.
- ¿Merece la pena visitar Les Halles Paul Bocuse? Sin duda. Aunque es un poco caro, es perfecto para probar productos locales y ver a los chefs en acción.
- ¿Qué souvenirs gastronómicos llevar de Lyon? Pralines rosas, salchichón de Lyon, quesos artesanos y algún vino local. Si tienes espacio, una caja de coussin de Lyon (bombón típico) es apuesta segura.
Mapa de la ruta y recomendaciones finales
Organiza tu ruta a pie: el centro de Lyon es compacto y se recorre fácil entre mercados, bouchons y pastelerías. Si usas transporte público, el metro y el tranvía conectan bien todos los barrios gastronómicos. Lleva calzado cómodo y prepárate para andar y descubrir rincones fuera del circuito turístico. Mi consejo: ve sin prisas, pregunta a los locales y déjate llevar por los olores y el bullicio de los mercados. En Lyon, la mejor mesa siempre está a la vuelta de la esquina.
Si tienes tiempo extra, apúntate a un tour gastronómico guiado o a un taller de cocina local. Y, sobre todo, disfruta: en Lyon, comer es mucho más que alimentarse. Es un arte, una tradición y, sobre todo, un placer que merece la pena saborear sin prisas.