Viajar a las islas griegas menos conocidas es como abrir un mapa en blanco y lanzarse a dibujar tu propia aventura. Aquí no hay agobios de turistas ni colas para la foto de rigor: solo calas solitarias, pueblos encalados donde el tiempo va a su ritmo y rutas que te reconcilian con el Mediterráneo más auténtico. Si lo que buscas es una escapada diferente, con sabor local y rincones que aún no han salido en todas las guías, apunta bien porque te voy a contar mis mejores consejos y rutas para descubrir esas joyas ocultas del Egeo y el Jónico.
¿Por qué elegir las islas griegas menos turísticas?
Las islas griegas famosas como Santorini o Mykonos tienen su encanto, pero también hordas de cruceristas y precios por las nubes. En cambio, islas como Amorgos, Kythira, Astypalea o Ikaria te ofrecen playas vacías en pleno agosto, tabernas donde aún te invitan a un chupito de ouzo y senderos que huelen a tomillo salvaje. Aquí el turismo de masas no ha llegado y eso se nota en los precios, la hospitalidad y la tranquilidad. Si buscas desconectar, comer bien y sentirte viajero en vez de turista, estas islas son tu sitio.
Cómo llegar y moverse entre las islas menos conocidas
La clave para explorar el lado menos explotado de Grecia está en los ferris. Las conexiones parten principalmente desde El Pireo (Atenas), Rafina o incluso desde otras islas más grandes como Naxos o Paros. Algunas rutas recomendadas:
- Amorgos: Ferri directo desde El Pireo (unas 8 horas) o desde Naxos (2 horas).
- Astypalea: Conexión desde El Pireo, pero también desde Kalymnos o Naxos.
- Ikaria: Ferris desde El Pireo o Samos. Hay vuelos internos desde Atenas, pero el ferri es parte de la gracia.
- Kythira: Accesible en ferri desde el puerto de Gythio (Peloponeso) o desde El Pireo. También tiene aeropuerto pequeño.
Alquilar un coche o una moto es casi imprescindible en la mayoría de estas islas. El transporte público suele ser escaso y los mejores rincones están lejos del núcleo principal. Reserva con antelación en temporada alta, pero fuera de julio y agosto puedes improvisar.
Ruta recomendada: Amorgos, la isla azul
Amorgos es un flechazo para los que buscan autenticidad. Aquí no hay resorts ni beach clubs, pero sí calas de agua turquesa, senderos entre acantilados y pueblos donde el blanco y el azul mandan.
- Chora: El pueblo principal parece sacado de una postal. Piérdete por sus callejuelas y tómate un café frappé en alguna terraza con vistas.
- Monasterio de Hozoviotissa: Un imprescindible. Tallado en la roca, con vistas al mar que quitan el hipo. Lleva hombros y rodillas cubiertos para entrar.
- Playa de Agia Anna: Pequeña, salvaje y famosa por la película “Le Grand Bleu”. Perfecta para un baño después de visitar el monasterio.
- Ruta de senderismo Aegiali-Chora: Unas 3-4 horas entre montañas, pasando por iglesias y miradores. Lleva agua y gorra, que el sol pega fuerte.
Astypalea: el secreto mejor guardado del Dodecaneso
Astypalea es la mezcla perfecta entre las Cícladas y el Dodecaneso: casas cúbicas blancas, castillo veneciano y playas desiertas. Aquí el tiempo va a otro ritmo.
- Chora y el castillo: Sube al castillo veneciano al atardecer y disfruta de las vistas panorámicas. El pueblo es pequeño pero lleno de vida local.
- Playa de Livadi: Arena fina y agua cristalina. Hay chiringuitos donde probar pescado fresco.
- Excursión a las islitas de Kounoupa y Koutsomiti: Barquitos que salen desde el puerto de Pera Gialos. Playas vírgenes y aguas de mil tonos.
Ikaria: la isla donde el tiempo se estira
Ikaria es famosa por la longevidad de sus habitantes y su ritmo pausado. Aquí nadie tiene prisa y eso engancha. Es ideal para los que buscan rutas de senderismo, aguas termales y fiestas populares (las “panigiria”).
- Therma: Un pueblo con aguas termales naturales. Perfecto para relajarse tras una caminata.
- Playa de Seychelles: Una de las más bonitas de Grecia, con rocas blancas y agua azul intenso. Acceso a pie desde el pueblo de Manganitis.
- Sendero Raches: Zona de bosques, pueblos tradicionales y tabernas escondidas. Prueba el vino local y déjate llevar por el ambiente.
Kythira: entre el Peloponeso y Creta
Kythira es una isla que mezcla playas salvajes, pueblos venecianos y cascadas en mitad del campo. Es perfecta para una ruta en coche, parando donde te lleve el instinto.
- Chora y el castillo: Calles empedradas, casas señoriales y vistas al mar Jónico.
- Playa de Kaladi: Tres calas conectadas por rocas, agua turquesa y cero masificación.
- Cascada de Fonissa: Un rincón verde y fresco, ideal para un chapuzón diferente.
- Mylopotamos: Pueblo tradicional con molinos y tabernas auténticas.
Consejos prácticos para viajar a las islas griegas menos conocidas
- Reserva alojamiento con antelación si viajas en julio o agosto. El resto del año puedes improvisar, pero en las islas pequeñas hay pocas opciones y se llenan rápido.
- Lleva efectivo: En muchos pueblos pequeños no aceptan tarjeta o el datáfono va por libre.
- Alquila vehículo: Moto o coche, según tus gustos. Las distancias no son grandes, pero te darán libertad total.
- Prueba la gastronomía local: Cada isla tiene sus platos típicos. No te vayas sin probar la fava, el queso local, el pescado fresco y, si puedes, algún vino de producción propia.
- Aprende cuatro palabras en griego: Un “kalimera” (buenos días) o “efcharistó” (gracias) abren muchas puertas.
- Lleva buen calzado: Las mejores playas y miradores suelen requerir un paseo o pequeña caminata.
Preguntas frecuentes sobre viajar a islas griegas poco turísticas
¿Cuál es la mejor época para visitar las islas menos conocidas?
La primavera (mayo-junio) y el final del verano (septiembre-principios de octubre) son ideales: clima suave, precios razonables y poca gente. En julio y agosto hay más ambiente y fiestas locales, pero también más calor y algo más de turismo nacional.
¿Es caro viajar a estas islas?
Mucho menos que a las islas más famosas. El alojamiento y la comida son más asequibles, y los ferris suelen costar menos. Eso sí, los precios suben en temporada alta y en islas muy pequeñas la oferta es limitada.
¿Se puede combinar varias islas en un mismo viaje?
Sí, pero conviene planear bien las rutas de ferri. Algunas islas tienen conexiones directas entre sí, otras requieren pasar por una isla grande (como Naxos o Paros). Consulta horarios en páginas como Ferryhopper o Direct Ferries y deja margen para imprevistos.
¿Hace falta saber griego?
No, pero ayuda saber algunas palabras. En la mayoría de tabernas y alojamientos hablan inglés básico y son muy pacientes con los gestos y las ganas de entenderse.
¿Qué llevar en la maleta?
Ropa ligera, bañador, algo de abrigo para las noches (el viento puede refrescar), buen calzado, protector solar y una mochila pequeña para excursiones. No olvides una cámara o móvil con batería: vas a querer guardar cada rincón.
Rutas alternativas para los que buscan algo diferente
Si tienes tiempo y ganas de explorar aún más, puedes combinar alguna de estas islas con escapadas a Folegandros, Serifos o Karpathos. Todas tienen ese punto de autenticidad, paisajes de postal y ambiente relajado. Haz base en una isla y dedícale tiempo, sin prisas ni checklists infinitos. Aquí lo mejor es dejarse llevar y descubrir el Mediterráneo más puro, a tu ritmo y sin filtros.
Así que ya sabes: si quieres vivir Grecia de verdad, olvídate de los tópicos y lánzate a explorar estas islas menos conocidas. Te aseguro que volverás con la maleta llena de historias, fotos y, sobre todo, ganas de repetir.





