Viaje por la Ruta de la Seda: de Uzbekistán a China

Si alguna vez has soñado con perderte por paisajes que parecen sacados de Las mil y una noches, déjate llevar por la Ruta de la Seda. Este viaje, que une Uzbekistán con China, es una auténtica aventura entre ciudades legendarias, bazares que huelen a especias y desiertos que susurran historias de caravanas. Aquí no hay trampa ni cartón: te cuento cómo organizar tu ruta, qué ver en cada parada y los trucos que aprendí para exprimir cada jornada, sin postureos ni promesas vacías.

¿Por qué elegir la Ruta de la Seda entre Uzbekistán y China?

La Ruta de la Seda no es solo un trayecto, es un viaje en el tiempo. Sigues los pasos de mercaderes, exploradores y aventureros que conectaron Oriente y Occidente durante siglos. Entre Uzbekistán y China, el recorrido atraviesa ciudades míticas como Samarcanda, Bujará, Jiva, Kashgar o Dunhuang, cada una con su propio carácter, monumentos únicos y una hospitalidad que no se olvida. Si buscas una experiencia diferente, lejos de los circuitos típicos y con una mezcla brutal de cultura, historia y paisajes, este es tu viaje.

Itinerario recomendado: de Tashkent a Xi’an

La ruta clásica arranca en Tashkent, la capital de Uzbekistán, y termina en Xi’an, la antigua capital imperial china. El recorrido más completo dura entre dos y tres semanas, pero puedes adaptarlo según tu tiempo y ganas de aventura. Aquí va una propuesta realista y sin rodeos:

  • Tashkent: 1-2 días para aclimatarte, visitar el metro soviético y el bazar Chorsu.
  • Jiva: 1-2 días para perderte por su ciudadela amurallada, Itchan Kala.
  • Bujará: 2 días para empaparte de madrasas, mezquitas y baños históricos.
  • Samarcanda: 2-3 días para flipar con la plaza Registán, el mausoleo de Tamerlán y mercados llenos de color.
  • Taskent a Kashgar: Cruza la frontera por el paso de Irkeshtam. No es lo más fácil, pero sí lo más auténtico.
  • Kashgar: 2 días explorando el bazar dominical y la ciudad vieja, una joya de la cultura uigur.
  • Desierto de Taklamakán: Si tienes tiempo, haz una parada en Hotan o Kuqa, oasis llenos de historia.
  • Dunhuang: 1-2 días para ver las cuevas de Mogao y las dunas de Mingsha Shan.
  • Xi’an: 2-3 días para cerrar el viaje con el ejército de terracota y la muralla de la ciudad.

Si vas justo de días, puedes saltarte algún tramo en tren nocturno o avión, pero te recomiendo saborear el camino siempre que puedas.

Consejos prácticos para organizar tu viaje por la Ruta de la Seda

Viajar por Uzbekistán y China no es complicado, pero sí requiere algo de planificación. Aquí van los trucos que me salvaron la escapada y que no siempre cuentan en las guías:

  • Visados: Uzbekistán permite entrada sin visado a muchos países, pero revisa si tu nacionalidad lo exige. Para China, necesitarás tramitar el visado con antelación. Ojo si cruzas por tierra: lleva impresos todos los papeles y reserva de alojamiento.
  • Idioma: En Uzbekistán, el ruso y el uzbeko mandan; en China, el mandarín. Aprende cuatro palabras básicas y tira de traductor offline. La sonrisa universal ayuda más de lo que crees.
  • Dinero: Lleva algo de efectivo (dólares o euros) y cambia en bancos o casas oficiales. En China, WeChat Pay y Alipay son la norma, pero en zonas rurales el cash sigue siendo clave.
  • Transporte: Los trenes entre ciudades uzbekas son cómodos y baratos. Para cruzar a China, lo más sencillo es un taxi compartido hasta la frontera y luego minibús local. En China, los trenes de alta velocidad te llevan volando entre ciudades, pero reserva con antelación.
  • Internet: En Uzbekistán, las SIM locales funcionan bien. En China, la censura digital es real: instala una VPN antes de llegar si quieres usar Google, WhatsApp o Instagram.
  • Clima: Primavera y otoño son ideales, evitando el calor del verano y el frío seco del invierno. Las noches en el desierto pueden ser frescas incluso en junio.

Qué ver y hacer en cada parada imprescindible

Tashkent: la puerta de entrada

No te dejes engañar por su aire soviético. Tashkent mezcla tradición y modernidad: visita el metro (auténtico museo subterráneo), el bazar Chorsu y la madrasa Kukeldash. Si tienes tiempo, acércate al Museo de Artes Aplicadas.

Jiva: ciudad de las mil y una noches

Itchan Kala, la ciudadela amurallada, es una maravilla. Sube a la torre Kalta Minor al atardecer y piérdete por sus callejones de adobe. No te vayas sin probar el shivit oshi, un plato de fideos verdes típico de la zona.

Bujará: oasis de historia

Bujará es un museo al aire libre. Te recomiendo madrugar para ver el minarete Kalyan sin gente, pasear por el laberinto de madrasas y relajarte en un hammam tradicional. El té en la plaza Lyabi Hauz, obligatorio para reponer fuerzas.

Samarcanda: la joya azul

La plaza Registán te deja con la boca abierta, pero no te quedes solo ahí. El mausoleo de Gur-e Amir, el bazar Siyob y la necrópolis de Shah-i-Zinda son paradas obligatorias. Si te mola la astronomía, visita el observatorio de Ulugh Beg.

Kashgar: el corazón uigur

En China, Kashgar es otra liga. Su bazar dominical es uno de los más grandes y auténticos de Asia Central. La mezquita Id Kah y la ciudad vieja, aunque reformada, siguen teniendo ese aire de frontera. Prueba el laghman (fideos salteados) y los kebabs.

Dunhuang y el desierto

Las cuevas de Mogao, con sus frescos budistas, son Patrimonio de la Humanidad y una joya poco conocida. Sube a las dunas de Mingsha Shan para ver el atardecer y, si puedes, duerme en un campamento en el desierto. La experiencia es de las que no se olvidan.

Xi’an: final de trayecto con historia

Xi’an es mucho más que el ejército de terracota. Date una vuelta por el barrio musulmán, prueba los biang biang noodles y recorre la muralla en bici. Si te queda tiempo, acércate a la Gran Pagoda del Ganso Salvaje.

Preguntas frecuentes sobre la Ruta de la Seda de Uzbekistán a China

  • ¿Es seguro viajar por la Ruta de la Seda? Sí, tanto Uzbekistán como el oeste de China son destinos seguros para viajeros. Como siempre, sentido común y atención en estaciones y mercados.
  • ¿Cuánto cuesta un viaje así? Es más barato de lo que imaginas. Con alojamiento sencillo y transporte público, puedes calcular unos 40-50 € al día en Uzbekistán y algo más en China. Comer en mercados y usar trenes te ahorra bastante.
  • ¿Hace falta guía? No es imprescindible, pero en sitios como las cuevas de Mogao o algunos bazares, un guía local puede aportar contexto y anécdotas que no vienen en los libros.
  • ¿Se puede hacer en solitario? Sin problema. Es una ruta perfecta para viajeros independientes. En los trenes y bazares siempre encuentras gente dispuesta a ayudar o compartir un té.
  • ¿Qué llevar en la mochila? Ropa cómoda, algo de abrigo para las noches, botiquín básico, adaptador universal y muchas ganas de dejarte sorprender. No te cargues de cosas: allí puedes comprar casi de todo.

Mi consejo final: viaja con los ojos bien abiertos

La Ruta de la Seda es mucho más que una lista de monumentos; es una sucesión de encuentros y paisajes que te cambian por dentro. Viaja sin prisas, habla con la gente, prueba platos nuevos y déjate sorprender. No busques la foto perfecta: busca la historia que contarás al volver. Eso, créeme, es lo que hace que este viaje sea inolvidable.

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