Si buscas una escapada de aventura auténtica en España, los Picos de Europa son ese lugar que nunca decepciona. Aquí no hay filtros de Instagram ni rutas de postureo: hay montañas que imponen, pueblos con sabor a queso de verdad y rutas de senderismo que te ponen las piernas a prueba. Tanto si eres de los que se calzan las botas para sudar la camiseta como si prefieres una ruta más tranquila con paisajes de infarto, este rincón de Asturias, Cantabria y León tiene lo que buscas. Te cuento cómo organizar tu viaje a los Picos de Europa para que aproveches cada minuto, sin perderte lo esencial y sin caer en las trampas para turistas.
¿Cuál es la mejor época para visitar los Picos de Europa?
La pregunta del millón. Si quieres disfrutar de los Picos de Europa con buen clima y menos agobios, apunta: mayo, junio y septiembre son meses top. En verano (julio y agosto) hay más gente y precios más altos, pero los días son largos y el ambiente en los pueblos es animado. Si buscas tranquilidad y paisajes verdes, la primavera y el principio del otoño son ideales. En invierno el parque es otro mundo, perfecto para raquetas de nieve o rutas de montaña si tienes experiencia, pero ojo con la meteorología y los accesos, porque la nieve puede complicarlo todo.
Rutas de senderismo imprescindibles en los Picos de Europa
Si tienes espíritu de explorador, aquí van algunas rutas que no pueden faltar en tu escapada:
- Ruta del Cares: La más famosa, y con razón. Son 12 kilómetros (solo ida) entre Caín (León) y Poncebos (Asturias), siguiendo el desfiladero del río Cares. Espectacular, pero ojo: hay tramos expuestos y mucha gente en temporada alta. Madruga para disfrutarla casi solo.
- Lagos de Covadonga: Un clásico fácil y muy fotogénico. Desde el aparcamiento puedes recorrer senderos señalizados alrededor de los lagos Enol y Ercina. Ideal para todos los niveles y perfecto si vas con niños.
- Ruta a Bulnes: Puedes subir al pueblo de Bulnes desde Poncebos por el canal del Texu (unas dos horas de subida, con buen desnivel) o pillar el funicular si prefieres ahorrar fuerzas. El pueblo es de postal y la sidra sabe mejor después del esfuerzo.
- Ascensión a Peña Vieja: Para los más montañeros, desde Fuente Dé sale el teleférico que te deja en el corazón del macizo central. Desde ahí, la subida a Peña Vieja (2.617 m) es exigente, pero las vistas son de otro planeta.
Consejos prácticos para moverse por los Picos de Europa
El coche es tu mejor aliado para moverte entre los diferentes valles y pueblos, pero prepárate para curvas y carreteras estrechas. Si vas en temporada alta, algunos accesos (como los Lagos de Covadonga) están regulados y solo se puede subir en autobús lanzadera desde Cangas de Onís. Consulta los horarios y reserva con antelación, sobre todo en verano.
Para dormir, lo mejor es elegir una base según la zona que quieras explorar: Cangas de Onís es perfecto para la parte asturiana, Potes para la cántabra y Posada de Valdeón para el lado leonés. Si prefieres algo más auténtico, busca casas rurales o albergues en pueblos pequeños como Sotres, Espinama o Caín. Así te ahorras tráfico y disfrutas del ambiente montañero de verdad.
¿Qué llevar en la mochila para una escapada de aventura?
Imprescindible: botas de montaña cómodas, ropa de abrigo (aunque sea verano, refresca en altura), chubasquero, agua, algo de comida y protector solar. Si vas a hacer rutas largas, añade bastones y un frontal por si se complica la jornada. No te olvides de una cámara o el móvil bien cargado: los paisajes lo merecen. Y si eres de los que disfrutan de un buen picnic, aprovecha para llevar queso de Cabrales, embutido local y pan de pueblo. Comer con vistas a los Picos no tiene precio.
Planes alternativos si llueve en los Picos de Europa
El tiempo aquí es impredecible, pero que no te frene la lluvia. Puedes visitar el Santuario de Covadonga, recorrer las callejuelas de Cangas de Onís y probar su mercado, o acercarte a una quesería para aprender cómo se hace el Cabrales. En Potes, date una vuelta por sus bares y prueba el orujo local. Y si quieres relax, muchos alojamientos rurales tienen chimenea o spa: el plan perfecto para descansar después de una jornada intensa.
Preguntas frecuentes sobre viajar a los Picos de Europa
- ¿Hace falta estar en forma para disfrutar de los Picos? No hace falta ser un atleta, pero sí conviene estar acostumbrado a caminar. Hay rutas para todos los niveles, desde paseos suaves hasta ascensiones exigentes.
- ¿Se puede ir con niños? Sí, muchos senderos son aptos para familias, sobre todo los de los Lagos de Covadonga o paseos cortos cerca de Potes y Cangas de Onís.
- ¿Es seguro ir solo? El parque es seguro, pero avisa siempre de tu ruta, lleva móvil cargado y consulta la previsión. En rutas largas o de alta montaña, mejor ir acompañado.
- ¿Dónde comer bien y barato? Busca sidrerías y casas de comidas en pueblos pequeños. Prueba el pote asturiano, la fabada, el cocido lebaniego y los quesos. No te vayas sin probar la sidra escanciada como manda la tradición.
Mi ruta recomendada para una escapada de 3 días en los Picos de Europa
Si solo tienes un fin de semana largo, este itinerario te permite saborear lo mejor sin prisas:
- Día 1: Llegada a Cangas de Onís, visita al puente romano y al mercado. Subida a los Lagos de Covadonga y ruta circular. Cena en una sidrería local.
- Día 2: Ruta del Cares desde Caín a Poncebos (o viceversa). Picnic en ruta. Noche en Sotres o Arenas de Cabrales, con cena de productos locales.
- Día 3: Teleférico de Fuente Dé y ruta corta por el macizo central. Parada en Potes para comer y comprar orujo antes de volver a casa.
Si tienes más días, añade Bulnes, Valdeón o alguna ruta menos conocida por el desfiladero de la Hermida. Los Picos de Europa son de esos sitios a los que siempre apetece volver, porque cada rincón tiene su historia y cada ruta, su recompensa.
En resumen: si buscas una escapada de aventura en España que combine naturaleza salvaje, pueblos auténticos y buena comida, los Picos de Europa son apuesta segura. Ponte las botas, olvídate del reloj y déjate sorprender por un paraíso que sigue siendo de los de verdad. Nos vemos en la montaña.