Salamanca es una de esas ciudades que te atrapan en cuanto pones un pie en su casco histórico. Monumental, animada, fácil de recorrer a pie y con una mezcla perfecta de historia, vida universitaria y buena gastronomía. Si estás pensando en hacer una escapada de fin de semana a Salamanca, has elegido bien.
En esta guía te cuento qué ver, qué hacer, dónde comer y cómo organizar tu visita en dos días para aprovechar el tiempo al máximo (sin ir con prisas). Ideal si llegas un viernes por la tarde y vuelves el domingo.
🟠 Por qué visitar Salamanca
Situada a solo 2 horas y media de Madrid (ideal en coche o tren), Salamanca es una joya del Renacimiento español y una ciudad con alma universitaria. Aquí puedes pasar de admirar una catedral gótica a tomar un vermú en una de las plazas más bonitas de Europa sin cambiar de calle.
Es perfecta para una escapada de 2 días: lo suficiente compacta como para recorrerla a pie, pero llena de rincones que merecen la pena.
🗓 Qué ver en Salamanca en un fin de semana
🟡 Día 1 – El alma de la ciudad
📍 Plaza Mayor
Empieza fuerte: la Plaza Mayor de Salamanca es una de las más impresionantes de España. Ve temprano, cuando aún no hay mucha gente, y si puedes, vuelve por la noche para verla iluminada.

📍 La Universidad + Fachada histórica
Busca la rana en la fachada plateresca (dicen que da suerte si la encuentras tú solo). Puedes entrar al edificio histórico y visitar el Aula Fray Luis de León, la biblioteca antigua y el claustro.
📍 Casa de las Conchas
Justo enfrente de la Clerecía. La fachada cubierta de conchas es muy fotogénica. Se puede visitar gratis y subir al piso superior para ver el patio interior.
📍 La Clerecía y las Torres
Sube a las torres de la Clerecía (Scala Coeli) para tener una de las mejores vistas panorámicas de Salamanca.

📍 Las Catedrales (sí, hay dos)
Salamanca tiene una catedral vieja y una catedral nueva, conectadas entre sí. Puedes subir al recorrido Ieronimus, que te lleva por las torres, pasadizos y tejados. Una experiencia espectacular.
📍 Cena en el centro histórico
Algunas recomendaciones:
- Tapas 2.0: creativo y local
- Casa Paca: tradicional, buena carne
- Vinodiario: excelente selección de vinos y cocina de autor
🟢 Día 2 – Rincones con encanto y río Tormes
📍 Convento de San Esteban
Una joya poco conocida. Fachada impresionante, claustro espectacular y un ambiente tranquilo ideal para empezar el día.
📍 Huerto de Calixto y Melibea
Un pequeño jardín con vistas al río. Muy fotogénico y con un aire romántico.
📍 Puente romano y ribera del Tormes
Cruza el puente romano para ver el perfil completo de la ciudad. También puedes alquilar bicis o simplemente pasear por la ribera.
📍 Museo Art Nouveau y Art Déco (Casa Lis)
Uno de los museos más sorprendentes de la ciudad. Impresionante colección de vidrieras, muñecas antiguas, mobiliario y más.
📍 Tapeo por Van Dyck o zona centro
La zona de Van Dyck es famosa por el tapeo barato y abundante. Otra opción: seguir explorando la zona centro y repetir Plaza Mayor.
🍽 Dónde comer bien en Salamanca
- Tapas: Bambú, Casa Vallejo, iPan iVino
- Tradicional: Las Tapas de Gonzalo, Casa Paca
- Vegetariano/vegano: El Laurel, Mandala
- Para una ocasión especial: Víctor Gutiérrez (estrella Michelin)
🛏 Dónde dormir en Salamanca
Mejores zonas:
- Centro histórico: estarás cerca de todo, perfecto para moverte a pie
- Alrededores del centro: algo más económico y tranquilo
Recomendaciones:
- Hotel Hospes Palacio de San Esteban (lujo con historia)
- Catalonia Plaza Mayor Salamanca (céntrico y moderno)
- Hotel Emperatriz (económico y bien ubicado)
📌 Consejos prácticos
- Salamanca es muy fácil de recorrer a pie
- Lleva calzado cómodo: muchas calles son empedradas
- La ciudad tiene ambiente universitario todo el año, pero en primavera y otoño está especialmente viva
- En verano puede hacer mucho calor, planifica bien las horas de visita
- Si vas en coche, hay varios aparcamientos subterráneos cerca del centro
🟩 Conclusión
Salamanca es una ciudad perfecta para una escapada de fin de semana: monumental, animada, llena de historia y con una gastronomía que te hará volver. Dos días bastan para enamorarte… pero probablemente querrás repetir.





