Si alguna vez has soñado con ver auroras boreales, caminar entre cascadas heladas y sentir que pisas otro planeta, un viaje a Islandia en invierno es la escapada que necesitas. No te voy a engañar: hace frío, el sol sale poco y el tiempo cambia más que el humor de un gato, pero la recompensa es brutal. Aquí te cuento todo lo que necesitas saber para organizar tu ruta por Islandia en los meses más mágicos del año, sin postureos ni tópicos, solo consejos prácticos y lugares que de verdad merece la pena descubrir.
¿Cuándo viajar a Islandia en invierno para ver auroras boreales?
La pregunta del millón: ¿cuál es la mejor época para ver auroras boreales en Islandia? La temporada va de septiembre a abril, pero si buscas noches largas y oscuras, lo ideal es viajar entre noviembre y marzo. Cuanto más cerca del solsticio de invierno, más horas de noche y más posibilidades de cazar esas luces verdes bailando en el cielo. Eso sí, el clima es imprevisible y no hay garantías, pero si tienes paciencia y miras la previsión de nubes cada día, las probabilidades suben mucho.
Consejo de amigo: aléjate de Reikiavik y busca zonas con poca contaminación lumínica, como la península de Snaefellsnes, los alrededores de Vik o el lago Mývatn. Lleva ropa térmica y una buena cámara, porque cuando aparecen, es un espectáculo que no se olvida.
Cómo moverse por Islandia en invierno: ¿alquilar coche o excursiones?
Si te gusta conducir y no te asusta el hielo, alquilar un coche 4×4 es la mejor forma de recorrer Islandia en invierno a tu aire. Las carreteras principales, como la Ring Road, suelen estar limpias, pero ojo con las secundarias: pueden estar cerradas por nieve o hielo, y las condiciones cambian en minutos. Consulta siempre road.is antes de salir y lleva cadenas o neumáticos de invierno.
Si prefieres no jugártela, hay excursiones organizadas desde Reikiavik para ver auroras, visitar el Círculo Dorado o bañarte en aguas termales. Es más cómodo y te olvidas de preocupaciones, pero pierdes libertad. Mi consejo: combina días de excursión con algún tramo en coche si te atreves, y así tienes lo mejor de ambos mundos.
Ruta recomendada por Islandia en invierno: imprescindibles y rincones secretos
En invierno, menos es más. No intentes dar la vuelta entera a la isla si solo tienes una semana. Aquí va una ruta realista y espectacular:
- Reikiavik: Dedica medio día a pasear por la capital, probar sopa de cordero y entrar en calor en alguna piscina geotermal.
- Círculo Dorado: El trío clásico: Þingvellir, la cascada de Gullfoss y el géiser Strokkur. Fácil de hacer en un día desde la ciudad.
- Costa Sur: Cascadas de Seljalandsfoss y Skógafoss, la playa negra de Reynisfjara y los glaciares de Vatnajökull. Si tienes suerte, puedes ver focas en la laguna glaciar de Jökulsárlón.
- Peninsula de Snaefellsnes: Menos turística y con paisajes de otro mundo: acantilados, campos de lava y el mítico Kirkjufell, la montaña más fotogénica de Islandia.
- Aguas termales: Más allá de la Blue Lagoon, busca baños locales como Secret Lagoon o Fontana en Laugarvatn, mucho más auténticos y baratos.
Si tienes más días y te ves con ganas, sube hacia Akureyri y el norte, pero ojo con la meteo y los cierres de carreteras.
¿Qué ropa llevar a Islandia en invierno?
La clave es vestirse por capas, como una cebolla. Olvídate de ir guapo para Instagram: aquí lo importante es no congelarse. Esto es lo que no puede faltar en tu maleta:
- Chaqueta impermeable y cortavientos
- Forro polar o plumas ligero
- Ropa interior térmica
- Pantalones impermeables
- Botas de montaña impermeables con buen agarre
- Gorro, guantes y buff para el cuello
- Calcetines gordos (y de repuesto, porque se mojan fácil)
- Traje de baño y chanclas para los baños termales
- Linterna frontal (hay pocas horas de luz y nunca sobra)
Si te falta algo, en Reikiavik hay tiendas tipo 66 North o Icewear, pero los precios son altos. Mejor lleva lo esencial de casa.
Consejos prácticos para viajar a Islandia en invierno sin dramas
- Reserva alojamiento con antelación: Hay menos oferta en invierno y los mejores sitios vuelan. Busca guesthouses familiares o cabañas con cocina, así ahorras en comidas.
- Compra comida en supermercados: Bonus, Kronan o Netto son tus amigos. Los restaurantes son caros y cierran pronto. Un picnic con vistas a un glaciar sabe a gloria.
- Gasolineras: Llena el depósito siempre que puedas. Hay tramos largos sin servicios y no quieres quedarte tirado con frío.
- Seguro de viaje: No escatimes. Entre el hielo, el viento y los cambios de tiempo, mejor ir cubierto por si acaso.
- App de previsión de auroras: Descárgate Aurora Forecast o Vedur.is para saber cuándo y dónde hay más posibilidades de verlas.
- Respeta la naturaleza: No salgas de los caminos, no te acerques demasiado a los acantilados y no dejes basura. Islandia es frágil y los islandeses lo cuidan mucho.
Preguntas frecuentes sobre Islandia en invierno
¿Es seguro conducir en Islandia en invierno?
Sí, pero con cabeza. Si no tienes experiencia en hielo o nieve, mejor opta por excursiones organizadas o conduce solo los tramos principales. Lleva siempre el móvil cargado y consulta el estado de las carreteras antes de salir.
¿Cuántas horas de luz hay en Islandia en invierno?
En diciembre y enero, apenas 4 o 5 horas de luz al día. En noviembre y febrero, algo más. Aprovecha al máximo las horas centrales y planifica bien las visitas.
¿Dónde es más fácil ver auroras boreales?
Cuanto más lejos de las ciudades y más despejado esté el cielo, mejor. Las zonas del sur y el este suelen ser buenas, pero todo depende de la actividad solar y las nubes. Muchas guesthouses avisan si hay auroras por la noche, así que pregunta siempre.
¿Qué moneda se usa y cómo se paga?
La corona islandesa (ISK). Pero no te preocupes por llevar efectivo: en Islandia puedes pagar hasta un café con tarjeta, incluso en los sitios más remotos.
¿Hace mucho frío de verdad?
Las temperaturas suelen estar entre -5ºC y 5ºC, pero el viento puede hacer que la sensación térmica sea mucho menor. Abrígate bien y disfruta, porque los paisajes nevados merecen cada escalofrío.
En resumen: Islandia en invierno es una aventura para los que buscan algo diferente, lejos de las multitudes y con paisajes que te dejan sin palabras. Prepárate bien, lánzate a la carretera (o apúntate a una excursión) y déjate sorprender por el país del hielo y el fuego. Si tienes dudas, escríbeme: siempre hay un rincón nuevo que descubrir y mil historias que contar.





